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... lengua su boca hace estragos en la mia, y le aviso que estoy por y no nos estábamos cuidando, se sonríe y me dice: no lo necesitamos amor.

Me descargo totalmente y de ella solo siento que me abraza fuertemente, pero no volvió a temblar.

Lo unico me pidió no me fuese que me quedase que le gustaba sentir mi cuerpo sobre el suyo, que no le pesaba, que me quedase.

Como es normal mi pija fue ablandándose hasta salirse de ella, eso la conmovió, y me dijo sabes que lindo se siente cuando sales de mi, casi tan bello como cuando entras.

Una confesión que nunca había escuchado.

Al final me vuelco y ella me sigue besando, pensé y sus manos donde están?

Abrazandome y acariciando mi cara, mi pecho , mi espalda pero no baja, que raro.

En cambio las mías si, mis dedos pugnan por meterse en su concha y ella se retuerce no se si de gozo o para evadir mi caricia.

Se levanta y va al baño, vuelve con una toalla a limpiarme los dedos y la pija, pues tenían sus jugos todavía.

Luego fumamos un cigarrillo a medias y conversamos de lo bien que lo ha disfrutado, insistiendo le diga que tal le parezco como mujer.

Por toda respuesta le digo: no te gustaría chupármela?

Y me contesta: eres un confianzudo.

No lo podía creer y coger es acaso no tener ya suficiente confianza entre nosotros.

Pero me aguanté y callé.

Luego baja sus manos y me pajea hasta hacerme reaccionar, luego dice ahora me toca a mi trabajar, quieres?

Sin que le conteste me monta y se la ...

... ensarta hasta los huevos comenzando una danza muy agradable mientras sus tetitas se bambolean y se las acaricio, me pide apriétalas por favor, lo hago suavemente, me pide mas fuerte y en las puntas no temas no me haces mal, me gusta mucho.

La dejo hacer y de nuevo tiembla ahora un grito ahogado sale de su boca, tras un gracias amor. Y sigue cogiéndome casi sin descanso alguno, ya me venía pero me aguanté y de nuevo vuelve a temblar y grita lléname de una vez por favor, allí si me corrí mientras ella saltaba clavándosela totalmente.

Se volcó sobre mi pecho y sentí que me mojaba el mio, un pezón le sangraba.

Me asusto, le pregunto y me dice, no imaginas lo que me has hecho gozar.

Al salírsele mi pija me pide disculpas por ensuciarme las bolas con su flujo y amaga a levantarse, no la dejo, le paso mis dedos por la concha y me los chupo, me dice que chancho eres y le pongo mi dedo en su boca, me lo lame y dice, no esta mal, pensé que sería asqueroso pero es agradable.

No podía creer que a esa edad estaba descubriendo algo tan común.

Le pregunto si nunca había hecho un 69, no nunca siempre me negué, pero quizás ahora contigo lo haga, dame tiempo, por favor.

Asi fue la primera vez con Mirta, la pudorosa, asi se me ocurria llamarla.

Luego de esa gloriosa tarde quedamos en vernos al otro dia que me invitó a cenar en su casa, preguntándome que me gustaría comer, muy cortésmente le dije a ti, natural sin ninguna salsa, para poder gustar de solo tu sabor.

Eso y ...