Soñé Contigo (3/4)
Fecha: 10/03/2025,
Categorías:
Fantasías Eróticas
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Tu expresión se confunde entre lo inesperado y lo inconcebible cuando, de rodillas frente a ti, deslizo mis manos por tus piernas. Tu respiración se entrecorta un poco, talvez porque acaricio delicadamente tu prepucio y tus testículos hasta el perineo, siempre manteniendo sutileza. Te dedico algunas miradas en estos segundos que parecen un momento sin fin, y estás completamente tenso. Acerco mi boca sin dejar de verte a los ojos, la abro débilmente y revelo mi lengua suave, húmeda y esponjosa que comienza su calmada incursión en tu imponente verga, desde la base hasta el puente de su glande y repite el recorrido por segunda y tercera vez.
Depronto tu expresión cambia con una profunda exhalación, pues, he llegado hasta su cabeza y he introducido en mi boca solo un tramo sufiente para humedecerte más. Tus ojos se cierran y relajas los hombros. Comprendo que es tu aprobación, por lo que voy dejándote entrar cada vez con más profundidad, hasta que mis labios llegan a la base de tu mástil nuevamente, pero esta vez con tu glande en mi garganta. Paseo mi lengua en el espacio que me dejas y sacudo débilmente mi mandíbula hasta que empiezo a retroceder. Me arrojo nuevamente pero esta vez, voy succionando y liberando en incontables ocaciones, mientras que mis dedos se encargan de presionar mientras suben y bajan en forma de anillo, en perfecta sincronía con el movimiento de mis labios. Retiro del acto mi lengua y me aferro con mi mano completa, cambio de movimiento y ahora al subir ...
... y bajar provoco pequeños giros, presionando tu ahora, venoso y aumentado falo. Te dedico un apasionante teabagging y comienzo a desesperarme.
Te libero momentáneamente. Ato mi cabello enroscándolo y busco una de tus manos, la llevo a mi cabeza y te cedo mi improvisada rienda para que tú manejes el ritmo; aceptas. Comerme toda tu polla me alborota y me mojo cada vez más. Aprisiono tu miembro en medio de mis pechos y los muevo a mi antojo mojándoles de vez en cuando con mi lengua. Tu respiración aumenta su volumen, casi tanto como el grosor de tu sexo y ya no me dejas continuar. Tomas mis brazos invitando a levantarme.
Me trepo por tu cuerpo con los tacones puestos, y tú pasas tus manos por mi espalda desde mi cintura hasta mis gluteos aprentándolos e hincando moderadamente tus dedos en ellos, luego las deslizas hasta mis piernas cuando aún yo continuo gateando sobre ti, mientras tanto tomo con firmeza una de tus manos para regresarla a una de mis nalgas y emulo, con la mia, una cachetada contra ella. Mi mirada casi alcanza a la tuya:
Quieres que yo?...
Logro llegar cerca de tu oreja y susurro -Nalguéame... Entonces una, dos, tres veces me das de golpe y siento como te desesperas y me las oprimes ensanchando mi hendidura, abriendo y cerrando mis posaderas con fuerza y placer.
Te adueñas de mi cadera y la llevas contra ti, la usas para frotarla en tu pubis, para ludir tu verga con mi vulva en un ritmo exquisito.
Y no sé, ya no puedo concluir si es la hierba o ...