Poliamor con mi novia y una hotwife
Fecha: 12/03/2025,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: Dany Campbell, Fuente: CuentoRelatos
... tiempo y yo ya no aguantaba más, mi frente estaba empapada de sudor y mi respiración agitada.
—Caty, mi vida —dijo entre jadeos Kim—, ¿ya estás?
—Si.
Ambas se salen dispuestas a hacernos acabar. Comienza un doble fellatio. Llegué a ver que a Kim, arrodillada ante Dartel, se le escapaba un chorro por la comisura del labio. Sólo eso se le escapó porque luego lo acaparó todo. Gemía de gusto con la boca llena mientras se tocaba la chucha. Al colega parecía que le estaba poseyendo un espíritu con aquel vaivén. Caterina acurrucada entre mis piernas, me miraba fijo, haciendo que me pierda en sus ojos claros. Me lo hacía con tanto cariño que no pude más y me descargué.
Kim se pone al lado de Caty y le dice:
—A ver beba, ¿te lo tragaste todo, no?
—Mm, mm —niega sin abrir la boca.
—Vení acá bebé —dice con ternura y vuelven a besarse con mucho deseo.
¡Dios!, no lo podía creer, ambas debían de tener lefa y se devoraban sin asco.
Se había hecho tarde, pasado de la medianoche. Dartel se marcha, dice que su esposa la está esperando. Los tres estábamos derrotados y nos dormimos en la cama de Caty.
*************
Unas semanas más tarde, me tocó el "turno noche" en el curro. Eran las 4:30 de la madrugada cuando terminó mi jornada. Me dirigía en mi coche hacia mi modesto departamento. Esas dos mujeres no salían de mi mente ni aunque quisiese, si hasta soñaba con ellas. Hablando de Roma, recibo un mensaje de la reina. Resulta ser que las dos habían salido de ...
... fiesta y ahora iban a la casa de Caterina para un "after". Madre mía, ambas rondaban y pasaban de los 30 pero parecían universitarias. Caty me dijo que venga para seguir de marcha. ¡Uff!, me activé como si me hubiese metido unos "chuches" especiales. Cambié mi rumbo y fui directo para allá. Tenía mi desodorante y perfume en el maletero para disimular que no estuve ocho horas en la oficina, pero mi camisa, con la parte inferior debajo del pantalón de vestir y los mocasines no me daban muchos aires de fiesta.
Al llegar veo a Kim en el porche muy entusiasmada con el móvil. Me fué inevitable fijarme en sus zapatos Christian Louboutin, aquellos tacos "de las suelas rojas". Así es, como caballero de bien sé sobre calzado femenino. Siempre quise regalarle uno de esos a Caty pero eran asquerosamente caros. Además de ése despilfarro de dinero, llevaba un vestido de noche color rojo con aberturas a los lados peligrosamente insinuantes. Derrochaba sensualidad. De tan enganchada a su móvil, ni se dio cuenta que la estuve observando como por un minuto. Toqué el claxon y le di un buen susto.
—Cuánto lujo, baby —le digo ya frente a frente—. ¿Así vas al "boliche"?
—Of course gordi. O sea, voy con mi carterita y Caty a mi lado, y tipo apenas entramos y nos hacen pasar a un reservado, gord —me responde imitando a una pija, con una voz nasal. Resultaba gracioso para mí porque los pijos en Argentina sonaban muy distintos a los de España.
Me saluda con dos besos, los hace sonar muy ...