1. Una cita casi médica (tercera parte)


    Fecha: 19/03/2025, Categorías: Transexuales Autor: sissy coqueta, Fuente: CuentoRelatos

    ... piso el me tomo de la correa y sentándose en un sillón que había en esa sala de espera me acomodo entre sus piernas, primero me quito los sostenes mientras apoyaba mi cabecita contra su rica verga diciéndome que la lambiera bien como una perrita, yo obedecía y me dejaba hacer, luego comenzó a humillarme, a decirme que era una puta sumisa, una perra en calor, me miraba así vestida y me metía sus dedos en las boquita mientras me decía que era la más sucia de las putas, entonces comenzó a preguntarme si quería sentir su verga otra vez en mi culito, conteste de inmediato que sí, que lo deseaba, y mientras le rogaba que me la metiera pasaba mi lengua por su rica verga, el me siguió preguntando si era una puta, una perra sucia, yo decía que si y seguía lamiendo.
    
    Entonces me dijo que era hora de cambiarme y que debía desnudarme entre sus piernas yo obedecí y cuando estuve desnuda el me entrego unas pantis, eran rojas de encaje, con adornos y muy cómodas cuando me las coloque siguió un sostén también rojo con encaje a juego, luego me entrego unas pantimedias blancas, para ponérmelas el me dejo poner de pie, luego me entrego una camisa de manga corta de botones rosada que se veía (y era) muy barata y trasparente y una falda roja igual de barata tipo tubo de cierre que me hacía apretar las rodillas, yo me puse toda la ropa encantada mientras él me decía que me veía como la puta barata y sumisa que era, luego saco unas pulseras y unas tobilleras gruesas de tela con argollas y me las ...
    ... coloco en mis manos y tobillos, entonces me ordeno que me pusiera en cuatro y fuera a comer mi cuido como una perra, yo obedecí obediente y me comí todo lo que había puesto en mi tasa, aunque confieso que lo logre gracias a que aún tenía más de la mitad de la botella de agua.
    
    Cuando termine de comer mi cuido de perrita el me ordeno que me pusiera de pie, yo obedecí y él se puso frente a mí, lo primero fue atar mis manos con una cuerda al aro de mi correa de perrita, luego saco una varilla un tanto gruesa que tenía algo a la mitad y dos argollas en cada punta y la coloco con candados en las argollas de mis tobilleras, quedando justo entre mis piernas haciendo que las tuviera que tener abiertas, no mucho, pero siempre abiertas, luego me coloco una mordaza y mientras me llevaba por uno de los pasillos me decía que era la putica perfecta para su fantasía, que ya vería lo que tenía preparado para una perra sucia y barata como yo, yo lo seguía con mi miraba hacia abajo hasta que sentí como abría una puerta hacia un salón grande y espacioso, levante la mira y alcance a leer que era fisiatría, entre temerosa y me sorprendí al encontrar no uno sino dos vigilantes, estaba el que ya había probado y según entendí también el siguiente turno, mientras mi amigo me explicaba que ambos habían estado mirando por las cámaras todo lo que hacíamos me llevo a un aparato algo extraño, era como un potro de gimnasia pero mucho más corto y tenía soportes para las rodillas a cada lado, el me acomodo ...