1. Jacinto, mi chulo, mi amo


    Fecha: 25/03/2025, Categorías: Gays Autor: Einar Cano, Fuente: CuentoRelatos

    A primeros de febrero de ese 2014 volví a quedar con Jacinto, como siempre hacía, llegué tarde para cabrearlo, es todo un ejemplar, algo mas bajo que yo, no creo que llegue al uno ochenta, alrededor de sesenta años, tal vez pase de ellos, pelo gris, barba de varios días, ojos grises, torso ancho, brazos y piernas fuertes, manos grandes, todo ello fruto sin duda de la práctica del judo, da clases de defensa personal a policías, guardias civiles y vigilantes de seguridad, tiene todo el cuerpo cubierto de vello canoso, su polla es larga aunque no muy gruesa y sus huevos grandes y colgones, me recibió desnudo, solo tenía puestas unas botas militares y la fusta en la mano.
    
    - ¡eres un puto maricón de mierda! - me dijo en cuanto se cerró la puerta tras de mi.
    
    - ¡lo siento mi amo! No tengo excusa.
    
    - te voy a hacer pagar cada minuto que has llegado tarde, puto maricón de mierda.
    
    - si amo, castigame, soy indigno de ti amo.
    
    - eres la puta mas rastrera que he conocido - me dijo al oido agarrandome del pelo.
    
    - si amo, soy una puta barata que no te merece, una maricona llorona.
    
    - te voy a dar lo que te mereces en ese culo apestoso y en esa sucia boca que tienes.
    
    A esas alturas yo ya estaba salida perdida y mi coñito estaba ansioso de polla.
    
    - si amo si, castigame
    
    - ¡desnúdate maricón! - me dijo - ¡y ponte a cuatro patas, puta de mierda!
    
    Hice lo que me ordenó, puesto así a cuatro patas y humillado estaba caliente como puta en cuaresma, mi polla estaba ya ...
    ... dura como una piedra.
    
    - ¿te gusta que te humillen? ¿disfrutas así, verdad? Claro que sí maricón, estás a punto de correrte puta.
    
    Mientras me decía eso daba vueltas alrededor mío y de vez en cuando me soltaba un fustazo en las nalgas o en la espalda que me hacían gemir de dolor y de placer a la vez, esa sensación saca lo más bajo de mi.
    
    - ¡lámeme las botas perra!¡limpia las botas de tu amo con la lengua, puta!
    
    Hice lo que me pedía, comencé a limpiar sus botas con la lengua mientras me azotaba las nalgas con la fusta, y algunos de los golpes fueron dolorosos de verdad, empecé a gemir y a llorar.
    
    - ¿lloras? ¿es por el dolor o por el placer? ¿o es la humillación? eres un maricón, un puto maricón, no vas a saber lo que es humillación hasta que me folle a tu exmujer y te obligue a comerte mi lefa de su coño, perra, limpiamente las botas.
    
    Comenzó a mear sobre mi culo y mi espalda, algunos de los latigazos me debió de dejar herida porque me escocio.
    
    - ¡ay! Amo, ay
    
    - puto maricón de mierda, zorra, ¿te he dicho que pares? Sigue lamiendo mis botas.
    
    Tuve que limpiar con mi lengua las salpicaduras de meado, luego me obligó a limpiarle la polla de los restos de orina.
    
    - ¡siii puta! ¡comeme la polla maricón y a lo mejor te follo ese culo de golfa barata que tienes!
    
    Subi lamiendo sus rodillas y sus muslos hasta sus huevos, peludos, grandes y colgantes, chupé su escroto y me metí sus cojones en la boca, lamí todo el tronco de su miembro hasta llegar al frenillo, ...
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