Veraneando en la playa
Fecha: 03/04/2025,
Categorías:
Hetero
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... masturbación, que seguramente había visto hacer en alguna película. Su pequeña mano apenas podía abarcar el diámetro de mi nabo, pero era suficiente para que se pusiera como una barra candente.
Entonces, me arrodillé ante ella, le abrí de nuevo sus piernas, y visioné con detalle aquel coñito bastante lubricado. Sin poder contenerme, acerque mi boca hasta él, y en cuanto la chica sintió mi lengua lamer su panocha, gimió: - ooo Pero… ¿qué me hace? ooo
Yo entonces insistí colocando mi lengua en forma de punta, y puyando contra su coñito, lo que aumentó la excitación de la chica, verificando que no pudo más. En ese momento instintivamente la chica tomo mi cabeza entre sus manos me empujó contra su pelvis, con la intención evidente de acercar más mi boca a su coñito. Al momento se convulsionó, atrapando mi cabeza entre sus piernas: oooo siiii ooooo ooo La joven alcanzó en tan poco espacio de tiempo su segundo orgasmo.
Sentí como los jugos de a chica comenzaban a fluir hasta mi boca. La verdad es que la nena lo hizo con tal ímpetu que me sorprendió. Cuando termino, aflojó sus piernas, y al ver mi boca llena de sus jugos, me dice: - ay.. ¡Creo que lo hice en su boca…!¿no le da asco?
-Me ha encantado. Tienes un coñito delicioso. ¿te ha gustado?
Ella se sonríe.
Me incorporo, le pase la mano por sus tetitas, logrando meterla por debajo del sujetador, y, tirando de él, ante su perplejidad, logré dejarle sus pechos al descubierto. –oh que me hace ..
Los pechos ...
... de la joven estaban desarrollados, aunque no tan grandes, pero me percaté que sus pezones estaba como cañones, por lo que tras acariciárselas con mis manos, no me pude contener y puse mis labios en ellos, y comencé a succionar los mismos. ohh ooo ohh
La chica al momento gimió desconsoladamente. Yo volví a meter mi mano entre sus piernas y con mi dedo corazón comencé a puyar donde sabía que se encontraba su himen. Ella instintivamente abría más sus piernas para que pudiera entrar mejor con mis dedos en su cuquita. A pesar de ser virgen, estaba tan lubricada, que había logrado meter sin problemas mi dedo corazón y parte de otro hasta la base de ellos. Lo que denotaba, lo bien lubricaba que estaba aquella chica. Pensé, ¡quizás está preparada para soportar la entrada de verga!, aunque tenía serias dudas de que pudiera meter mi polla dada la dimensión que en aquel momento tenía.
Sin embargo, no notaba totalmente entregada, y mi grado de excitación era tal, que había abrigado la esperanza de clavársela hasta los huevos. Era una locura, pero me encontraba tan fuera de control, que apenas podía pensar en las consecuencias.
Sin contenerme más, comencé a besar a la niña en la boca, para aumentar su excitación, y tras meterle varias veces mi lengua en su boca, noté que estaba entregada. Por ello me incorporé, y procedí a recostarla sobre la taza del baño, al tiempo que con mi mano o derecha dirigí mi potente nabo a su cuevita.
Cuando puse el glande en su entrada, ella se ...