1. Aventuras y desventuras húmedas. Tercera etapa (7)


    Fecha: 03/04/2025, Categorías: Incesto Autor: LilithDuran, Fuente: CuentoRelatos

    ... creer… esto es tener una buena polla dentro…” su calentura iba maximizándose mientras una Mari más joven iba saliendo de su interior, una que dejó a un lado muchos años atrás. Sus piernas se iban abriendo más y más, queriendo captar en su interior los últimos milímetros posibles, hasta el punto de que su propio ano contacto con los genitales de Sergio. “¡Jesús, bendito! Estoy en la gloria… Síííí”.
    
    El joven en cambio, apenas podía pensar en nada, se mantenía rígido y con las manos en las caderas de su madre. No quería tocar nada que pudiera romper aquel mágico momento y además… apenas podía soportar todo el placer que se concentraba en su entrepierna, de hacer algo, se correría.
    
    “¡Piensa en algo! En los exámenes… en el futbol… en baloncesto… ¡Lo que sea!”. Su madre incrementó el ritmo al que se mecían sus caderas. Llevada por una rápida respiración que se acompasaba a cada movimiento, Mari se movía encima de Sergio como una verdadera amazona. En cambio el muchacho con los ojos cerrados, recitaba alineaciones de futbol para no acabar cuanto antes.
    
    El coloso que tenía entre las piernas, le estaba guiando al cielo, apenas llevaba par de minutos encima del joven que no podía aguantar más. Se había propuesto reservar todas las fuerzas para volver a tener un orgasmo tan intenso como el de minutos atrás, pero le era imposible, la “corrida” volvía a aparecer.
    
    Todavía con los ojos cerrados el muchacho apretó con fuerza la cadera de su madre, sabedor de que aquel ritmo ...
    ... frenético que había impuesto, sería una señal que anunciaba el final. Con todos los dedos en la cintura de Mari, la asió de adelante hacia atrás, acompañando el rápido ritmo de esta y así, hacer más profunda y placentera la penetración.
    
    Los dedos en su cintura los notaba como garras, como… a ella le gustaban “no me deja escapar…” se decía mientras no paraba de moverse. Levantó algo su cadera y se recostó levemente sobre Sergio, pero sin tocarle. Iba a terminar, estaba más que claro. Alzó todavía más su cadera y cambió los movimientos, sacando el pene de su hijo hasta la punta y después bajando sus nalgas con fuerza para insertársela entera.
    
    Solamente pudo hacer varias pasadas, el placer era tal que en el momento que sintió una punzada en la columna se tuvo que erguir completamente sobre el muchacho. Se quedó en un ángulo de noventa grados, parando el ritmo y haciendo una fuerza desmedida con su cadera a la vez que sus terminaciones nerviosas se volvían locas. El pene que tenía en su interior con aquella posición llegaba hasta el infinito y ella… ella… iba a reventar…
    
    No le hacía falta al muchacho abrir los ojos, con sus oídos pudo escuchar el chapoteo que anegaba ambos sexos y como a su madre por fin se le escapaba algo de la boca.
    
    —Sí…
    
    Su tono de voz sonó falto de fuerza, solamente un suspiro agónico sin poder expresar todo lo que le gustaría.
    
    La mujer se apoyó en la cama, haciendo una fuerza extrema para no caerse encima de su hijo mientras sus nalgas se abrían ...
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