1. Mi masajista preferido


    Fecha: 13/04/2025, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Llevaba unos días con dolor de espalda, me tomé calmantes, pero seguía con bastantes molestias. Normalmente en estos casos iba a una clínica de fisioterapia cerca de casa, pero la verdad es que los precios eran bastante elevados, y no me venía demasiado bien el gasto. Así me dispuse a buscar por internet alguna alternativa más económica, sabía que por el barrio podría haber alguna alternativa mejor para mí. Después de un rato, encontré un anuncio curioso, justo a un par de calles de mi casa, donde un fisio con buen aspecto y musculado ofrecía masajes económicos.
    
    Llame y me dijo que me podía atender esa misma tarde, así que al rato me acerque al domicilio del masajista particular. Cuando le vi me causo buena impresión, era un latino fuerte y muy amable, y con imagen muy profesional, con su uniforme blanco y su camilla de fisio.
    
    Primero me hizo quitarme la parte de arriba, y con la espalda al aire me hizo sentarme en una silla especial, donde con fuertes manos empezó a masajear mi espalda, con fruición y mucha energía me fue localizando las zonas contracturada y me fue dejando la espalda relajada.
    
    Despues me pidió que me tumbara en la camilla, y me dijo que me quitara toda la ropa para no mancharme con el ungüento que usaba, y me tumbara boca abajo. Cuando me tumbe me puso una toalla sobre mi culo desnudo.
    
    Verdaderamente me iba dando un masaje realmente bueno en la espalda, yo estaba encantado. A continuación me quitó la toalla y empezó a masajear me las piernas, ...
    ... y me dijo: ahora también los glúteos. Lo hacía fenomenal, yo estaba relajado, pero cuando se empezó a centrar en mis glúteos, y más en concreto empezó a masajear la zona alrededor de mi ano, empecé a notar sensaciones diferentes.
    
    Así estuvo un buen rato, y yo me empecé a poner a cien, la verdad. Empezó a subir otra vez las manos por mi espalda, y me relaje. Pero de pronto, además de las manos, empecé a notar algo que me tocaba el culo. Enseguida vi que lo que me estaba restregando por el culo no era precisamente blando, estaba como una roca.
    
    Me giré asustado y entonces lo vi: no recordaba haber visto un rabo tan grande, con las venas dilatadas y soltando ese olor a macho que me embriagaba.
    
    Me lancé como loco hasta que mi boca llegó a esa maravilla y empecé a mamar con ansias.
    
    Ya me parecía que tenías cara de zorra, me dijo el masajista, y tuve que asentir mientras sonreía. Así estuve un buen rato, mientras el masajista aprovechaba para irme dedeando el culo, primero con solo un dedo, y luego fue metiendo más y más. Cuando me di cuenta me había fisteado el culo con la mano entera. Pero qué buena zorra eres, pon el culo ya que te lo voy a llenar de leche, me dijo.
    
    Me dio la vuelta, me arrimo al borde de la camilla, y empezó a meter ese pedazo de pollón en mi anhelante culo. Primero fue despacio, metió solo la cabeza, pero poco a poco note como los huevos hacían tope en mi culo.
    
    Después fue aumentando poco a poco el ritmo, yo estaba como loco recibiendo esa ...
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