1. Los albañiles de la bodega me desgarraron el culo


    Fecha: 26/04/2025, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Alexandra Love, Fuente: CuentoRelatos

    ... saques. —Le dijo llorando entrecortadamente.
    
    —¿Te gusta mamacita?
    
    —Sí, me duelo mucho, pero sí me gusta. A ver, comienza a cogerme con el bate suavemente.
    
    Él comenzó a cogerme con el bate suavemente, lo hacía muy profundamente.
    
    —A ver sáquenmelo y díganme como se me ve el ano.
    
    —Estas sangrando mucha mamacita. —Me dijo mi chofer.
    
    —Se te ve bien abierto. Me dijo el amigo de mi chofer.
    
    —Ábranme las nalgas y comiencen a cogerme de nuevo con el bate, pero sacándolo por completo y metiéndolo a fondo varias veces.
    
    —Se ve que te gusta arto sentirte cogida. —Me dijo el chofer mientras metía el bate por mi ano.
    
    —¡Aaay! ¡Aah! ¡Me duele mucho! —Yo me sentía muy lastimada y cogida, fue hermoso. Mi masoquismo estaba siendo satisfecho. Mi ninfomanía se avivaba.
    
    Me cogieron a si durante una media hora y yo quede sobre el cofre rendida y gozando de ser cogida analmente con ese bate tan grueso.
    
    Al sentir mi culo tan abierto y sensible, la excitación que sentía era desbordante, estaba tan alcoholizada, desinhibida, cachonda y llena de morbosidad por violentar mi cuerpo que le pedí al amigo de mi chofer que dejara el bate y me penetrara con su puño cerrado. El taxista se humedeció la mano con mis fluidos y cerró su puño para comenzar a empujarlo contra mi ano, sentía como mi esfínter anal trataba de abrirse para recibir ese puño, yo trate de relajarme, pero estaba muy nerviosa mis piernas temblaban y el abdomen se me contraía del miedo. Le pedí que lo hiciera ...
    ... con más fuerza y su puño comenzó a entrar en mi culo. Yo sentía como se me desgarraba el esfínter, era deliciosamente doloroso, mis gemidos se ahogaban con mi llanto.
    
    —¡Aaay! ¡Aah! ¡Ah!
    
    —¿Así te gusta?
    
    —¡Ya lo métemela por completo!
    
    Entonces el taxista empujo con fuerza, sentí como si me hubiera golpeado con el puño cerrado en mi culo, su puño entro completamente, sentí como mi culo estaba completamente roto, el reloj metálico que el hombre tenía en su muñeca, me raspo el ano, así que el taxista saco su puño y se quitó el reloj, arremangó su camisa y comenzó a meter su puño dentro de mi culo una y otra vez, era como si me estuviera golpeando, me sentí muy agredida, humillada y violentada, justo lo que quería, había excedido mi limite. Estaba sufriendo más de lo que podía soportar, empecé a llorar y vi como mis lagrimas caían sobre el cofre.
    
    —¡Gracias amor! ¡Gracias! ¡Ya fue suficiente! —Él retiró su puño manchado de sangre.
    
    —Mira como sangraste. —Me dijo sorprendido y con una mirada muy morbosa.
    
    —Mete tus dedos en mi boca. —Le dije con voz dulce y cachonda.
    
    Entonces hice una de las cosas más perversas que he llegado a hacer. Le chupé cada uno de sus dedos, y continué lamiendo mi sangre anal por el resto de su mano, hasta dejarla completamente limpia.
    
    Unos minutos después ellos ya se habían recuperado, así que me arrodille y se las mamé hasta que se vinieron en mi boca, me trague todo su semen y les sonreí con mi cara toda escurrida de rímel por mis ...