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Una mamada, conchita y culote… final feliz
Fecha: 01/05/2025, Categorías: Infidelidad Autor: Tonyzena67, Fuente: CuentoRelatos
... era fea la mujer. Su cuerpo es de esa estructura de las llenitas, de brazos semi gruesos, piernas con muslos potentes y aunque usaba pantalones y un chaleco azul claro como los que usan enfermeros y médicos, podía intuir que tenía caderas anchas, un trasero pronunciado y, lo único que tenía ante mi vista y con toda seguridad podía decir, tenía unas buenas tetas de una copa doble D. Esta mujer Elena tenía una buena vibra, una sonrisa maliciosa, quizá podría decir de chica coqueta, pero que la camuflaba en un rostro maduro de esa experiencia que la daba ya su cuarta década. Pensé que este sería uno de esos lugares donde la reputación de apegarse a las leyes era una realidad y me conformé con ello. Pasé del baño al mismo cuarto de donde salí solo envuelto en una toalla y me secó lo mejor que pudo y tenía una especie de calentador que se sentía rico dado el frío de la temporada a pesar de estar en este lugar con calefacción general. Me puso una toalla para cubrir mi trasero y se dedicó a masajear mis espaldas, el área de mis glúteos, las piernas y mis pies. En todo eso esta mujer me hacía plática y me preguntaba que zonas quería que masajeara con más énfasis. Sentía rico cuando aplicaba presión a mi espalda baja y mis glúteos y se lo hice saber. A los diez, quince minutos me hace que me voltee y nuevamente me pone la toalla para cubrir la zona de mi sexo y comienza a masajearme los pectorales y puedo ver que ya no tiene el chaleco y supongo que no tiene sostén, pues los ...
... pezones se le marcan definitivamente. Mi imaginación estaba en lo correcto, pues se le miraba una cadera ancha y un trasero muy llamativo. Ella continuaba con su plática y tuvo que ver como mi verga reaccionaba al estimulo, pues la toalla comenzó a elevarse como si fuera carpa de circo y fue cuando ella inició la plática de doble sentido y cachonda: - Creo que su amiguito se despertó. ¿Le molesta la toalla? Si gusta se la puedo remover si es que así estará más confortable. - ¡Si no te incomoda a ti… por mí no hay problema! No serás la primera que me miraría desnudo. Ella removió la toalla y tomó una pequeña toalla húmeda de agua caliente y me limpio el glande que se podía ver brilloso pues ese liquido preseminal comenzaba a aparecer. Elena me quedó mirando sin ningún mensaje y continuó con la plática mientras me hacía masaje en las piernas. - Se mira que se cuida mucho… tiene un cuerpo bien tonificado. ¿Hace mucho ejercicio? - Juego tenis y tengo una rutina de correr o caminar todas las mañanas. - ¡Se le nota! ¿Es usted casado? - No… soy un hombre soltero. - Pero tendrá por ahí alguna amiguita que se encargará de calmar toda esa fuerza que miro que usted lleva. - ¿Por qué lo dices? - Pues mire como se me ha puesto. - Lo siento, no puedo evitarlo dado al estimulo que siento de tus manos en mi cuerpo. - No se tiene que disculpar y es entendible; usted no me ha tenido que tocar, para que también yo viendo lo que veo y tocando también me ...