Mi hermano, mi novio, mi hija y yo.
Fecha: 03/11/2018,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
Mi nombre es Sonia tengo 32 años, soy madre soltera de una niña de 9 años, pero tengo un novio Sergio, es mas chico que yo tiene 26 años y un hermano, Luis de 24 años. Un día me llamó por teléfono, me comunicó que había encontrado trabajo en la Ciudad y que se vendría a vivir aca. Aquella noticia me colmó de alegría. Él se pasaba el día fuera de casa trabajando, en donde conocio a Claudia su novia, la cual se fue a vivir un tiempo con nosotros, regresaba a casa por las noches, nos daba un beso, a mi hija y a mi, me contaba cómo le había ido el día y tras cenar, se encerraba en su habitación con Claudia. Se la pasaban gran parte de la noche cogiendo. Al principio me pareció natural y soportable, pero con el tiempo llegó a desesperarme. Y es que los gemidos, me volvían loca, por lo que tenia que poner musica de relajacion con el fin de que Bety no oyera. Sergio y yo habíamos salido de vacaciones y mi hermano decidió tomarse las suyas ese mes, ya que habia terminado con Claudia, y propuso que nos fueramos los cuatro a un lugar del que le habían hablado. Lo organizamos todo, y emprendimos la marcha. Llegamos a nuestro destino; un parque natural con largas y desoladas playas, que se extendían más allá de donde éramos capaces de llegar con la vista. No nos costó trabajo encontrar un rinconcito en el que poder acampar sin ningún problema. Luego empleamos el resto de la mañana en dar un largo paseo reconociendo el entorno, montamos la tienda de campaña y nos organizarnos. Decidimos ...
... que todos dormiriamos juntos. Un día me desperté muy cansada y con sueño; habíamos estado hasta el amanecer contando historias alrededor del fuego. Al girarme, noté que Sergio no estaba a mi lado, miré el reloj y me asusté; - Son casi las dos, y todavía hay que hacer la comida. Rápidamente me pare, miré en la tienda, mi hermano y Bety tampoco estaban, me vestí y salí de la tienda. Sin rastro ni noticias de mis compañeros de acampada, los llamé a voces pero ninguno respondió. Pude ver que la comida estaba hecha y lista para calentar, circunstancia que me tranquilizó un poco. Me fui hacia la playa a buscarlos. Apenas llegué, vi que alguien salía del agua. Caminé hacia esa persona y comprobé qué se trataba de ellos. Me llamó la atención que estuviesen totalmente desnudos y charlando animadamente. ―¿Qué pasa, que hoy es el día internacional del nudismo y yo sin enterarme? Pregunté, dirigiéndome a los tres. Sergio se me acercó y me dio un beso en los labios, como si nada y me dijo: ―No seas tan puritana, amor. ¿No ves que los tres estamos cómodos? ― Luis ¿qué haces como mi madre te trajo al mundo y con Bety viendolos?. Tome a Bety caminamos hacia la tienda. Luis rio con aquella risa burlona que le caracterizaba. ― Vamos, hermanita, no te cortes, es natural no tiene nada de malo. Respondió mi hermano mientras servía la comida en los platos, con total indiferencia. ―Vamos, no seas tímida. Que somos familia y hay confianza. De todo lo que me decia mi hermano, apenas me quedé con la ...