1. Los cinco sentidos (final)


    Fecha: 09/05/2025, Categorías: Infidelidad Autor: dulceymorboso, Fuente: CuentoRelatos

    Sus piernas todavía temblaban cuando subió al autobús que la llevaría a casa. Había varios asientos libres y se sentó en la parte de atrás donde estaba mas vacío. Necesitaba sentirse sola. Acababa de follar con el marido de su mejor amiga y esta vez no había sido obligada a hacerlo sino que había sido ella quien por voluntad propia lo había follado. Se avergonzó de haber sucumbido al deseo que aquella polla le provocaba. Le era materialmente imposible no pensar en el sexo erecto de Andrés y en las sensaciones que había tenido al meterlo en la boca y cuando lo cabalgó en el sofá. Aún le faltaba bastante para llegar a casa y deseó que ese trayecto transcurriera rápido pues necesitaba calmar la excitación que su vagina sentía de recordarlo. Cada curva o bache que el autobús cogía le provocaba un estremecimiento entre las piernas. Sentía su coño mojado, sensible. Agradecía estar sentada sola y en cada parada que se subía gente rogaba que nadie se sentara a su lado y pudiera notar su estado. Miró los asientos a su alrededor y se maldijo a si misma cuando comprobó que el único asiento que quedaba libre era el que estaba a su lado. La gente conversaba ajena a lo que le estaba pasando, algunos iban absortos mirando sus móviles y otros aislados del mundo con los auriculares puestos. El autobús se detuvo en una nueva parada y vio como subían tres personas y se quiso morir cuando vio que aquel señor, casi anciano, buscaba con la mirada un asiento libre y contento de poder ir sentado ...
    ... se aproximaba adonde ella estaba.
    
    -Buenos días joven -con educación aquel hombre la saludó -he tenido suerte y quedaba este asiento libre.
    
    -Buenos días -le respondió con frialdad pues se sentía incómoda por lo que estaba sintiendo bajo el vestido.
    
    -Hace mucho calor. Hubiera preferido quedarme en casa pero he tenido que venir al centro a hacer unas gestiones. Tu por donde vives?
    
    -Vivo en las afueras -no podía ser cierto, encima se había sentado a su lado el típico señor que le gusta hablar y aquel traqueteo del autobús la estaba volviendo loca.
    
    -Nunca te había visto por este autobús -la miraba como intentando reconocerla – yo vivo en las afueras en la urbanización de los chalets blancos.
    
    -Si, yo también vivo en esa urbanización.
    
    -Uy disculpa -en una curva cerrada el cuerpo de ese hombre se había resbalado y puso su mano sobre la pierna desnuda de ella.
    
    -No pasa nada -al sentir esa mano sobre su pierna no pudo evitar estremecerse. Acaso estaba loca por sentir eso con un anciano? Quizás ese hombre había notado su estado de excitación?
    
    -Ese vestido te queda maravillosamente. Veo que te gusta tomar el sol, tienes las piernas morenitas.
    
    -Si me gusta tomar el sol -un bache le hizo morderse los labios y su voz sonó entrecortada. Estaba sudando por las sensaciones
    
    -Te sientes bien? – el hombre sacando un pañuelo se lo pasó por la frente.
    
    -Es que siento muchísimo calor -su frente, sus brazos y sus piernas estaban bañados de sudor.
    
    -Quizás sea un ...
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