Con mi entrenadora en el parque de casa
Fecha: 13/05/2025,
Categorías:
Infidelidad
Autor: MikeFed, Fuente: CuentoRelatos
Hacía dos meses, con Claudio mi marido, nos mudamos a un country club de la zona norte del Gran Buenos Aires, a una casa más amplia, con pileta y gran parque. Uno de los amenities del barrio es un gimnasio super completo y por comentarios de conocidos con muy buenos profesores.
Luego de acomodarnos, decidí empezar a ir al gimnasio, para bajar un par de kilos y tonificar los músculos. El primer día que fui me recibió Sandra, una joven de no más de 28 años, pelo castaño, y un físico envidiable, a pesar de no tener grandes pechos.
- Hola, ¿Cómo estás? Soy Sandra. ¿Sos nueva?
- Hola, soy Romina, Ro. Sí, es mi primer día.
- Bienvenida entonces, te voy a molestar con algunos datos para completar la ficha.
En diez minutos habíamos terminado y ella me preguntó:
- Contame Romina, ¿Qué buscas viviendo al gimnasio?
- Tonificar mis músculos y si es posible bajar un par de kilitos.
- Bueno… empecemos entonces.
Con mucha dedicación me fue mostrando las máquinas y los ejercicios que quería que haga. Yo estaba vestida con un jogging, una remera y un buzo arriba. Poco se podía apreciar de mi cuerpo, ella por su parte estaba con unos leggings tremendos, floreados y un top que marcaba sus pechos a la perfección.
Cuando terminé fui a saludarla y me dijo:
- Ro, algunas cosas: si queres o no podes venir a la mañana, lo podes hacer en cualquier horario. En tu tarjeta esta todo tu entrenamiento, y acordate que tenes muy buenos baños, un sauna y ducha escocesa a tu ...
... disposición.
- Gracias Sandra, lo voy a tener en cuenta. Nos vemos.
Durante las siguientes semanas fui tres veces a la semana, y realmente me iba sintiendo mejor, sumado a que empecé a bajar esos kilitos. Siempre iba con mis joggings. Una mañana está en una de las máquinas y se me acercó.
- Ro, ¿me dejas decirte algo?
- Claro Sandra.
- Mujer, tenes 34 años, sos una linda mina. ¿Por qué no lucís tu cuerpo?
- No te entiendo Sandra.
- Siempre con esos joggings bolsa, cómprate uno leggings, unas remeras ajustadas, unos tops. Tenes que lucirte, disfrutar las miradas de hombres y mujeres sobre tu cuerpo, en especial las de tu esposo.
- Soy muy pacata… pero voy a hacerte caso, aunque sea probar…
- Dale, vas a ver que hasta te vas a sentir mejor como mujer. Me dijo Sandra.
- Puede ser…
El miércoles de esa semana hice una escapada a un shopping y me compre dos leggings, remeras de lycra y un par de tops. Al día siguiente fui con uno de los conjuntos al gimnasio.
- Huy… que cambio. Estás preciosa. Dijo Sandra cuando me vio entrar.
- Gracias, es una sensación rara, como estar desnuda, casi no se sienten en la piel.
- Viste, son geniales. Me dijo mientras me miraba sin perder detalle de mi cuerpo.
Primero me sentí un poco incomoda, una mujer me miraba de una forma… excitante. Pero mientras hacía los ejercicios, sus miradas se mantuvieron y a mí se me hicieron agradables. Aunque nunca me atreví a contarle a mi esposo, antes de conocerlo, cuando ...