Mamada a un payaso en silla de ruedas
Fecha: 13/05/2025,
Categorías:
Gays
Autor: Alister666, Fuente: CuentoRelatos
Estaba en la ciudad vecina a la mía y comenzó una gran tormenta, las calles tienden a inundarse, entonces en el cruce de caminos vi a un payasito en silla de ruedas que pedía monedas, el señor tenía más o menos 40 años, en cuanto la lluvia empezó él se apresuró a irse pero las calles de esa ciudad no están adecuadas para que las personas en silla de ruedas circulen por la banqueta, entonces iba mojándose y transitando por los crecientes charcos, yo llevaba paraguas así que fui corriendo a alcanzarlo y le dije que le iba a ayudar, él aceptó y tomó el paraguas mientras yo lo empujaba.
Me fue guiando por unas 5 cuadras hasta su casa, que era una habitación con una cama, baño y regadera, todo muy humilde, para cuando llegamos ya estábamos empapados, así que le dije que lo iba a ayudar a cambiarse para que no se fuera a enfermar, él me dijo que era suficiente ayuda ya con haberlo empujado hasta su casa, pero yo insistí, así que busqué su ropa y le ayudé a desvestirse, todo iba bien hasta que tocó quitarle los calzoncillos, que estaban empapados por cierto, yo bromeé sobre que ojalá no llegara su esposa y nos encontrara así, a lo que me respondió que su esposa lo había dejado hace años y que vivía solo.
Entonces yo solo me quedé callado sin saber que decir, en ese momento me distraje de lo que había dicho porque justo delante de mí podía ver las partes privadas del señor, un pene de color marrón claro, con unas pelotas grandes y peludas, intenté no verlo pero no suelo ver ...
... más penes además del mío. Miré discretamente un par de veces más y yo creo que él se dio cuenta, ya que, al subir el nuevo calzón se empezaba a ver que se le estaba parando, mis mejillas se pusieron rojas y comencé a sentir calor, y sentí como mi pene también empezaba a crecer dentro de mis mojados pantalones.
Las cosas se estaban poniendo raras e intentamos distraernos, hablando de que la tormenta no parecía detenerse, fue entonces que el señor me ofreció quedarme con él hasta que parara la lluvia, y le dije que sí, para ese momento ya le había ayudado a acostarse en su cama y me dijo que me sentará en ella, me prestó unos pantalones secos y una camisa y procedí a cambiarme y noté como al hacerlo me miraba con atención y su pene recuperaba la erección, me pidió disculpas y me dijo que lo sentía, que no podía evitarlo, yo le dije que no se preocupara, que era normal si no tenía esposa ni nadie con quién desahogarse, la verdad me estaba excitando demasiado estar ahí con él y ver su pene erecto, entonces le pregunté si él solía masturbarse, a lo que respondió que sí y me preguntó lo mismo, respondí que sí, que era lo más rico del mundo.
Mi mente se empezó a llenar con escenas imaginarias del señor pajeandose en su silla de ruedas, con su verga dura expulsando leche, mi corazón latía rápido y fuerte, entonces me dijo que le estaban dando ganas de hacerlo ya que verme quitarle la ropa y sentir mi tacto le habían puesto muy caliente.
Lo miré con complicidad y le dije que a ...