Estrenar culos se puede hacer en la primera visita
Fecha: 14/05/2025,
Categorías:
Fantasías Eróticas
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Aquello empezó una mañana de primavera en la localidad Parisina de Issy les Molineaux.
Lo primero, deciros que soy un ejecutivo de una empresa de perfumería y los productos que gestiono, se distribuyen por todo el mundo. Mido casi 1,90, rubio de ojos entre azul y gris y de unos 40 años.
En cierta ocasión, estaba yo hace ya algunos años en viaje de negocios, por aquellas tierras, cubriendo una baja de uno de mis empleados. Debía visitar unos clientes que habían iniciado una guerra comercial entre ellos bajando el precio de mis productos en sus tiendas por debajo del precio de coste. La historia era complicada, pues por un lado mis objetivos eran claros; -No perder ningún cliente pero por otro, que no se arruinaran entre ellos.
Primero me fui a ver al cliente más importante de la zona y que había iniciado la guerra. Estuve acompañándole viendo sus tiendas, almacenes, su catálogo de productos y demás información y atendiendo a todas sus explicaciones y comentarios, me fui con una idea muy clara de la situación. El tenía problemas de margen en alguna de sus tiendas, por darse cuenta que en algunas localidades debía bajar los precios, pero al tener el mismo nombre en todas sus tiendas, tenía que mantener el precio igual en todas y para poder mantenerse con menos margen pensó en abrir mas tiendas y una de ellas fue a caer en esta localidad más pequeña y con pocas tiendas.
Después de pasar toda la mañana atento a todas aquellas explicaciones, me fui a ver al cliente más ...
... pequeño de todos, pero que más se había quejado. Llego a su tienda a la hora concertada y allí la encuentro, una señora extraordinariamente llamativa por lo guapa y elegante que era. Era famosa en la localidad por lo buena que estaba. Me mediana edad (unos 40 ó 50 años) alta de 1,75m, rubia, delgada pero con unas curvas impresionantes y un pecho muy bien puesto, dispuesta a dejarme claro que no se iba a dejar amedrentar por el gigante que acababa de abrir cerca de su tienda.
Carmen, que así se llamaba la clienta, llevaba un traje de chaqueta negro, con camisa blanca, tacones altísimos, y un carácter muy seguro de si misma. Sabía que estaba buenísima y que los hombres se la comían con la mirada.
Al llegar, me llevó a su despacho y estuvimos charlando un rato para evaluar la situación. Al final de su exposición, le hice varias propuestas, pero no me quiso contestar. Me comentó que tenía un asunto urgente y debía ausentarse, pero que cualquier pregunta se la podía consultar a su sobrina que había empezado a trabajar con ella. Madre mía con la sobrina.
La sobrina apareció en escena por la puerta del despacho y era un monumento. Igual que su tía, pero en morena. De 1,75m de altura, morena, delgadita pero con curvas de infarto (95/60/90) perfectos, dedos largos y finos, ojos verdes y rasgos eslavos con un punto latino por las curvas. Llevaba un vestido con manga larga de punto gris, muy ajustado, con efecto de cuello vuelto, así que desde la cabeza hasta la pantorrilla, le ...