El caramelito me refriega la colita
Fecha: 23/05/2025,
Categorías:
Gays
Autor: Lujuriaconmachos, Fuente: CuentoRelatos
... muy bien economicamente.
Ya en el trayecto hasta mi apartamento, nos hicimos muchas cosas ricas. Los dos estamos bien duchadito y oliendo bien rico. Ya me bajó el pantalón me la mamo un poco, me acarició los huevos, yo le abrí el pantalón y ya le palpe el rosquetito húmedo y ya dilatado deseoso de mi chota bien hinchada. Le metí lengua en los pezones y en la boquita tiernita.
Cuando llegamos y entramos, mi pantalón voló por los aires, Gus se sacó el suyo y se puso con el culo al aire de espaldas a mí y con la mirada en el mar, junto al ventanal. ¡Ayyy por dios santo que ganas de rebolear yaaaa la vergota por ese culo precioso bien formadito y durito!
Nos abrazamos, nos dimos lengua, nos refregamos verga contra verga, él unos 14 cm, la mía mide 16 cm. Gus empezó ya a jadear y a echar la cabeza hacia atrás como un conejito ansioso de macho que lo enloquezca y lo vuelva la puta más petera y tragaleche y entrega culo de todo el Uruguay jaja. Se puso de rodillas suplicando, rogando por favor mi verga, me la mamo con tanto hambre y desesperación, que me acabé no sólo en su boca sino en toda su cara, como un animal lácteo, lo embadurne todo a buenos y abundantes chorros. Gus se reía a más no dar, estaba feliz, saboreaba toda mi leche y yo tomaba con mis dedos la golosina y el ponía toda la lengua afuera para que se la ...
... depositara. Pasaba toda la lengua por el borde de sus labios para no perder nada, ¡una auténtica conejita insaciable!
Mi verga tampoco se calmó, y se volvió a poner como una vara de metal. Gus se abrió todo el culo con las manitos morenitas y me puso el ojete bien en la cara, para que se lo viera muy bien sin perder ningún detalle, se lo abrí con los dedos, se lo masajeé en círculos, luego se sentó en mi cara y me refrego el culo a más no dar, me pedía a gritos la lengua, sin paz, sin tregua. Ahora si mi verga de caballo en celo se iba a meter toda bien adentro de ese culo hermoso y hambriento, para darnos el gustaso de la noche, macho con macho, ¡que cosas tan deliciosas nos da la vida! Gus se pajeaba toda su pichicha y los huevos mientras yo me deleitaba bien dentro del ojete del pequeño Gus, ¡toda toda quiero mas adentro mas así bien macho! mientras ambos jadeabamos como perritos y Gus me regalaba todo el culo, ¡todo! ¡quiero más macho! Gritaba mi conejito cochinito mientras se retorcía de placer y lloraba...
¡Mucha leche en toda la sábana!
¡Que noche, Teté!
A la mañana, entre risas y toqueteos ricos, y besitos, lo volvíamos a hacer. Ambos sentimos que no queríamos que ésto fuera un Touch and go más, ¡ teníamos que tener nuestro segundo encuentro!.
Si os gustó mi historia, haré una segunda parte. Besitos en el rosquete.