1. De la cabaña (parte 1)


    Fecha: 10/06/2025, Categorías: Gays Autor: FacundoMoravan, Fuente: CuentoRelatos

    ... duro, y yo movía mis nalgas en círculos, pero luego oímos a Julio y a Katia acercarse, así que nos separamos. Cuando llegaron a nuestro lado estuvimos bromeando unos 10 minutos, ebrios, pachecos. Y yo seguía muy cachondo, con ganas de que Erik me pegara su pito duro. En algún momento nos dieron ganas de orinar, pero el baño de la cabaña estaba ocupado.
    
    Julio se fue para un área cubierta de vegetación, mientras que Erik y yo orinamos en un lugar que no estaba a la vista de nadie. Erik terminó de orinar, en ese momento puse algo de saliva en mi mano y le toqué el pene, me puse más saliva, trataba, por una parte, de que no tuviera orina, y, por otra, de que disfrutara mi mano mojada.
    
    Al contacto con mi mano comenzó a ponérsele dura la verga otra vez, tenía la punta llena de precum, lo que me hizo sentir cuán caliente se había puesto con los frotamientos de hacía unos minutos.
    
    Me di cuenta de que ni Julio ni Katia estaban cerca, pero tenía yo tanta calentura como como miedo de que alguien nos viera. Había una zona pegada a la pared de la cabaña, le hice señas para que me siguiera. Una vez ahí, ocultos, me arrodillé frente a él, le bajé el cierre del pantalón y metí mi mano para sentir su pito. Hice a un lado su ropa interior y lo saqué: brillaba por la saliva que le puse con mis manos, por el ...
    ... precum...
    
    Saqué mi lengua, lamí su glande, le puse mucha saliva para quitar cualquier rastro de orina, y metí su cabeza en la boca. Estaba yo fascinado, con un dolor en los testículos de la excitación que experimentaba ahí, arrodillado, con la verga de mi compañero en la boca. Él me tomó de la nuca e hizo una suave presión para que me la tragara toda. Su tamaño era perfecto para mi boca: lo me lo metí completo a la boca, inmóvil, y se sentía muy duro.
    
    Lo lamí otra vez, me lo metía de nuevo completo, unos 10 minutos de alternar lamidas con mamadas profundas. Pero en algún momento oímos ruido, me asusté, dejé de chupárselo y me incorporé. Le dije que nos fuéramos a acostar. Iba con el corazón muy acelerado, tenía vergüenza por lo que hice, pero al mismo tiempo seguía caliente y feliz por probar ese pito delicioso.
    
    Subimos a la planta alta de la cabaña, nos acostamos y nos cobijamos, completamente vestidos, me puse de lado y él se puso detrás de mí.
    
    Sentí otra vez su pito duro frotándose en mi culo, metió mis manos por el pantalón y me agarró las nalgas con fuerza. Estaba claro que quería cogerme, y yo quería que me cogiera, pero no tenía condón a la mano, y había más gente en la misma cabaña.
    
    Finalmente le dije que ya me iba a dormir. Se acomodó otra vez detrás de mí, de lado, y me fui quedando dormido... 
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