Comiendo en casa
Fecha: 15/06/2025,
Categorías:
Hetero
Autor: Edu y Pam, Fuente: CuentoRelatos
Por suerte la carga del día permite que vaya a comer a la casa. Te llamo y tú estás aun trabajando haciendo home office, en tus conferencias y llamadas, producto de estos tiempo de pandemia.
Te aviso que voy de camino y me pides que compre un par de cosas en la tienda que nos queda cerca de la entrada. Rápidamente paro, consigo tu encargo y aprovecho para pedir un postre que tienen en el local de al lado, una gelatina de agua con trocitos de mandarina en la parte superior, y gelatina de leche abajo. Pago y regreso al auto para continuar mi marcha a la casa, donde ya me esperas tú.
Apenas cruzo la puerta, te observo hermosa como siempre, la luz que se alcanza a filtrar por el ventanal del jardín trasero, y hace resaltar más tu figura divina. Paso a tu lado y silenciosamente nos obsequiamos un beso al aire mientras terminas esa llamada.
Voy colocando en la barra de la cocina las cosas que traigo con cuidado para no hacer mucho ruido y el postre en el refrigerador. En un sartén en la estufa ya hay una pasta preparada por ti y afuera a hay un par de pechugas empanizadas de buen tamaño, listas después de su cocinado final.
Saco lo necesario para una ensalada y armo un bowl para acompañar lo demás, junto con un aderezo que te agrada y limones. Escucho que tu llamada va llegando a su fin mientras yo pongo platos y cubiertos sobre la barra para comer allí.
Vas despidiéndote de los participantes, me acerco a ti por tu espalda y con mis brazos te rodeo por la cintura, ...
... mientras que mis labios se acercan a tu cuello para besarlo, aspirando el aroma de tu perfume, sentir tu cuerpo vivo, radiante y lleno de energía. Sólo alcanzas a quitar los audífonos, los colocas apresurada mente sobre la mesa y te dejas acariciar.
Pones tus manos sobre las mías y eventualmente subes una de ellas a tu cabello y la otra a mi rostro. Eso me da acceso total a llevar mis manos a tus senos que siempre reaccionan al primer acercamiento y con un roce ligero, tus pezones se ponen duros, deliciosos. Puedo acariciar tu cuerpo, tu abdomen, tus caderas, lo que hace que gimas sutilmente al contacto de mis manos con tu cuerpo y luego giras tu cabeza para encontrar tus labios con mi boca, empezando con besos pequeños, que dan paso a caricias mayores, apasionadas e intensas.
La mesa del comedor, ocupada con parte de tus cosas del trabajo está frente a nosotros. Estiro mi mano y alcanzo a desabrochar un par de botones de la parte alta de tu blusa de tela fina. Aprovecho para sacar el faldón de la misma de tu pantalón y eso me da mejor espacio entre ella y tu cuerpo para acariciarte por debajo de la ropa.
Una mano la llevas detrás de ti, buscando mi pene que ya acusa una erección por todo lo que está pasando. Al llegar a él, lo vas tocando sobre mi pantalón, pasando desde la parte baja hasta la punta que se aloja en la parte alta del pantalón. Lo haces muy rico y me dices que lo quieres en ti.
Sé lo rápido que te prendes y bajo mi mano para sentir sobre tu pantalón ...