La primera infidelidad
Fecha: 05/11/2018,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
... edificio donde vivía. . Subimos a su departamento y al entrar le habló un vecino, yo entré y la esperé en la cocina mientras ella despachaba al inoportuno personaje. cuando entró me preguntó si quería un café y nos reimos de haber notado el frío que hacía recién cuando nos levantamos de esa banca del parque. María José se acercó al mesón a preparar un café para los dos y yo no pude evitar mirar lo sensual de su pelo alborotado, largo y ondulado y como lo habia puesto hacia un lado. se notaba su pelora caída sobre uno de sus hombros y sus pantalones, aunque no demasiado ajustados, marcaban sus lindas caderas. Parecía estar esperando lo que yo estaba por hacer, o eso creí porque me acerqué por detrás para decirle al oído cuantas cucharadas de café y azúcar quería, cuando en realidad lo que hice fue tomarla de las caderas, apegarme a ella y besar su oreja. ella suspiró con deseo y giró su cabeza para besarme mientras apegó su trasero a mi. esbozó una sonrisa al sentir mi exitación y deslizó una mano para tocarme sobre el pantalón. eso me hizo avanzar, mover mis manos y colarlas bajo su jeans. mientras nos besabamos yo frotaba su entrepierna sobre su ropa interior y ella acariciaba mi pene sobre mi pantalon. el café pasó a total segundo plano cuando ella se giró y al fin pude subir su polera y buscar la suavidad de sus pechos grandes, naturales, blancos y firmes. sentí mi pene endurecerse al máximo cuando ella coló su mano bajo mi jeans y mi boxer, al tiempo que yo bajaba su ...
... sostén y me deleitaba con sus pezones pequeños, rosados y sumamente exitados. mi lengua y mis labios estaban absortos en sus exquisitos pechos, y mis manos estaban perdidas bajo su ropa interior. acariciaba su entrepierna que estaba humedísima ya bajo su calzón y mi otra mano disfrutaba de su pequeño pero firme trasero. . Pasamos de la cocina al pasillo, íbamos desnudandonos uno a otro con intensidad pero sin apuro, risas inevitables de complicidad. sus calzones blancos hacían juego perfecto con su tono de piel, sus pechos ya libres eran sin duda los mejores pechos que he visto y sentido, firmes y grandes, aún más de lo que parecían a simple vista. llegamos a su cama, se sentó para terminar de quitarme la ropa y no dudó en probar con sus labios la piel de mi abdomen y con mirada sensual, introdujo brevemente mi pene exitado en su boca, anunciandome lo que vendría después. Aprovechando su contextura menuda la tomé, la tendí en la cama y le quité esos calzones que estaban completamente mojados de su exitación. su entrepierna completamente depilada no fue sino la chispa que me hizo dejar la sutileza atrás: comencé a acercarme con mi boca desde sus pies, subiendo por sus pantorrillas, lamiento sus muslos hasta casi llegar ahí. volví a subir a su abdomen, usé mis dedos en su vagina mientras apretaba sus pechos con mis labios. volví a bajar y mientras eran ahora mis manos las que apretaban sus pezones exquisitos, mi boca comenzó a deleitarse con el exquisito sabor de su vagina ...