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Mini relato 1
Fecha: 27/06/2025, Categorías: Infidelidad Autor: Hansberville, Fuente: CuentoRelatos
... poco comenzó a disfrutar de la sodomía. No era la primera vez que la enculada. El hombre era muy bueno dando por culo. Y ella lo disfrutaba. Pocas cosas le producían más morbo que estar maniatada a cuatro patas mientras le partía el culo. El hombre se agarró a las caderas, clavando sus dedos en el cuerpo de la mujer y comenzó a acelerar la follada. La mujer gritaba pidiendo que le diera más fuerte. Que se corriera dentro de su culo. Que la rellenaste de esa leche caliente que tanto le gustaba. De repente, la puerta del dormitorio se abrió. En medio apareció el marido de la mujer. Con la mirada perpleja intentaba asimilar lo que veía. Su mujer se estaba dejando dar por culo por un tío al que él no había visto en su vida. El amante no pudo aguantar más. La situación había hecho que su adrenalina corriese de manera temeraria y excitante. Con un grito desgarrador se corrió de manera abundante en el culo de la mujer del tipo que los observaba con los ojos muy abiertos. La mujer casi de manera inmediata, también alcanzó un sonoro orgasmo al sentir como la leche de su amante rellenaba su ano mientras su ...
... marido lo veía todo desde la puerta del dormitorio. La pareja cayó de bruces sobre la cama. Exhaustos. Derrotados y descubierto en su infidelidad. Dos segundos después la tensión se podía cortar. El marido permanecía inmóvil y en silencio. El amante sacó la polla del culo de la mujer produciendo un sonido de descorche. Ella, no pudo evitar un grito al sentir como el miembro de su amante le producía un vacío y su ano latía por volver a su tamaño original. La situación se volvió tensa. Violenta. Ella desnuda, tumbada boca abajo, sintiendo el semen salir de su culo y con la cara hundida en la almohada. Incapaz de mirar a su marido. No cabían ni excusas, ni explicaciones. El hombre, en silencio se apresuró a salir de la habitación, aún desnudo y con la polla semi erecta. Evitó mirar a los ojos del cornudo, al que tuvo que sortear para poder salir. Una vez en el salón recogió su ropa, se vistió y se largó. El marido le miró con ojos asesinos. Con ganas de matarle, pero incapaz de asimilar lo que había sucedido. Inmóvil miraba a su mujer que apretaba los ojos deseando que todo aquello fuera un sueño...