Jaque mate (Parte 6 de 8)
Fecha: 05/11/2018,
Categorías:
Confesiones
Autor: dulces.placeres, Fuente: CuentoRelatos
... con su dedo índice algunas marcas específicas, prosiguió
- Raro, son compras en tiendas de mujeres, tiendas de perfumes
- Y? – necesitaba que me dijera lo que sabía que me diría
- Fácil, te sorprende a menudo con ropas y perfumes o se lo está comprando a otra…
- Y como tienes esto? – pregunté con las primeras lágrimas rodando por mis mejillas
- Soy poderoso, tengo contactos, amigos que me deben favores, todo se compra, te lo he dicho…
- Tal vez exista un mal entendido…
- Tal vez… pero mira! – dijo como sacado otro papel de la galera
- Qué es? – pregunté con típica curiosidad femenina
- Lo mismo, pero su resumen de telefonía, mujer… tu no miras estas cosas? nunca revisaste su celular? – preguntó incrédulo
- No – respondí sintiéndome una tonta mientras verificaba el impreso
- Mira esos número que marqué, sabes qué son?
- No – respondí sintiéndome tonta y humillada
- Son moteles… toma mi móvil, prueba a llamar y verás que te contestan al otro lado…
No lo acepté, no me hizo falta, tomé aire y saqué fuerzas de mis flaquezas y le dije
No tendrás una puta por dinero, tendrás una puta por despecho, y nada peor que una mujer despechada!
Tomé la caja que antes había rechazado y me dirigí al dormitorio casi adivinando donde estaba, le pedí que me diera unos minutos, me desnudé por completo, dejando a un costado mis prendas, incluso la tanga que ya tenía un aroma nauseabundo, me acomodé primero el corsé con cierto trabajo, puesto que me ...
... costó ajustar el cordón entrelazado que iba al frente, pero lo ajusté todo lo que pude, al punto de casi cortar mi respiración y afinar mi cintura al borde de lo tolerable, acomodé mis grandes pechos que se levantaron como dos globos, de esa forma que tanto seduce a los hombres, seguí por el porta ligas, luego deslicé las blancas medias por mis piernas, ajusté los broches de a las medias, dos a cada lado, por último la tanga, demasiado pequeña, por suerte me había depilado tal cual lo había sugerido Gustavo tiempo atrás, el delgado elástico se perdió entre mis nalgas y por último volví a montarme sobre mis tacos altos, necesitaba verme lo más puta posible, me retoqué el maquillaje y recogí mi larga cabellera en una ajustada cola de caballo, los vidrios de los ventanales me devolvían mi imagen reflejada en ellos, mis pechos explotaban, mi diminuta cintura se antojaba sensual y mis anchas caderas irresistibles para cualquier mortal, ensayé con discreción un par de salidas, quería verme como una perra, no como esa mojigata que años atrás se la pasaba consumiendo hostias en las iglesias.
Cuando salí del cuarto Gustavo estaba solo con un ajustado slip blanco que le marcaba perfectamente el contorno de un generoso bulto, a pesar de estar cerca de los cincuenta se mantenía en forma, con un pecho generosamente trabajado, poblado de enrulados bellos y bíceps prominentes que lucían algún que otro tatuaje, confieso que no pude evitar sentirme incómoda y perturbada porque a pesar de todo ...