La mascota de mi jefa
Fecha: 20/07/2025,
Categorías:
Dominación / BDSM
Autor: Abadie, Fuente: CuentoRelatos
Mi nombre es Jonathan y trabajo en una gestoría pequeña, tan pequeña que sólo somos mi jefa Marta y yo, quitando al ocasional cliente normalmente estamos nosotros dos en la oficina solos. Cómo llevaba muy poco tiempo en el puesto de la mayoría de tareas se encarga mi jefa y yo por ahora sólo me dedico a hacer fotocopias, archivar y alguna tarea suelta, pero no mucho más.
Mi pesadilla comenzó un día estando sólo en la oficina, Marta tenía una cita con un cliente importante y me había pedido que cerrara yo, el día paso sin ningún acontecimiento hasta que llegó la hora de cerrar.
Al entrar a su despacho para apagar las luces me encontré con una bolsa de deporte enorme abierta en mitad del despacho, pensé que se le había olvidado y me acerque para cerrarla, al verla más de cerca me di cuenta que estaba llena de ropa de mujer y dentro estaba uno de sus zapatos de tacón y el otro fuera tirado, así que lo cogí para ponerlo en la bolsa, pero un impulso de olerlo me sobrevino de repente (aclarar que en esos momentos no me consideraba fetichista) y lo hice, me lo lleve a la nariz y lo empecé a oler profundamente, el olor no era agradable del todo, pero tenía algo que me gustaba y me quede un rato de pie embobado oliendo su zapato, hasta que de repente se escuchó un click seguido de una luz de flash.
Asustado tire el zapato y me gire rápidamente, solo para encontrarme con Marta sujetando su móvil, estaba claro que me había hecho una foto cuando tenía su zapato en mitad de mi ...
... cara.
-E-esto no es lo que parece Marta, entré en tu despacho para apagar las luces, pero me encontré con esta bolsa abierta y...
-sabes que por esto te podría despedir o incluso denunciar por acoso, ¿no?
Me quedé congelado, no sabía que hacer, no sólo podía perder mi trabajo, me estaba jugando todo mi futuro. empecé a notar el sudor frío recorriéndome la frente.
-Relájate, de momento no voy a hacer nada con la foto, pero a partir de ahora vas a cumplir completamente con todo lo que te ordene, por muy extraño o humillante que te parezca.
-S-sí, sin p-problema.
-Muy bien, mi pequeña mascota, ahora vete a casa y descansa, ya pensaré tu castigo esta noche.
-Gracias.
No recuerdo mucho más de ese día aparte de cómo me quemaban las mejillas al salir de su despacho y la humillación que sentí de camino a casa. ¿Qué me había llevado a hacer algo tan estúpido? Era normal tener curiosidad por el olor de algunas prendas, ¿no? al menos eso intenté decirme...
En esos momentos todavía no sabía que a Marta le gustaba castigar y humillar a otros a hombres, o cómo ella los llamaba "sus mascotas", ni de lo que me esperaba al día siguiente.
Llegué a la oficina bastante nervioso y con un discurso preparado para pedirle perdón y convencerla de que borrara la foto, me tomo unos minutos reunir el valor necesario para abrir la puerta. Al entrar me fije que las luces de su despacho estaban encendidas, sin dudar fui directo a hablar con ella.
-Buenos días Marta
-Buenos ...