Incesto gay entre primos 3
Fecha: 06/11/2018,
Categorías:
Incesto
Autor: getaway11, Fuente: SexoSinTabues
... esas le di un empujoncito y se la empecé a clavar hasta meterla toda y nos quedamos así un momento para que se acostumbrara al ancho de mi pito. Le puse todo mi peso sobre su cuerpo y lo sujeté fuerte por los hombros, empecé a mover mi cadera sobre sus nalgas y mi verga se deslizaba de adentro hacia afuera y de regreso. Pablo empezó a gemir y a pedirme que le diera más duro. Yo quería hacerlo esperar, además quería que se nos uniera su hermano. Ya estaba tan caliente que tenía que contenerme un poco para no sentir que iba a terminar. Acomodé bien a mi primo en 4 de nuevo y lo tomé por la cintura mientras empecé a darle más y más duro. Justo en eso estábamos cuando se abrió la puerta y entró Samuel. Tanto Pablo como yo nos quedamos mirando fíjamente a Samuel y el nos devolvió una mirada morbosa llena de calentura, se podía ver la excitación y la emoción en sus ojos, él estaba disfrutando ese espectáculo casi tanto como nosotros. Así que yo volví a concentrarme en su hermano, y ahora que teníamos un espectador, me sentí un poco más exhibicionista y agarré a Pablo de los hombros para clavarle mi verga con más fuerza hasta el fondo. Samuelito se sentó en un sillón frente a nosotros, mientras se empezaba a quitar la ropa lentamente. Nos examinaba atento como si estuviera viendo la televisión y no nos quitaba la vista de encima, hasta que se quedó totalmente desnudo con la verga bien dura, sentado sobre el sillón masturbándose. Entonces me di cuenta de que mis dos primos estaban ...
... totalmente rasurados, no sé si e habían puesto de acuerdo pero no tenían vellos ni en la verga, ni en las piernas ni en el culo. De cualquier forma casi no eran peludos pero esa vez se habían quitado todo el vello. Agarré a Pablo y con facilidad le di la vuelta, lo acosté boca arriba y me puse sus piernas en los hombros. En esa posición yo sabía que podía meterla la verga más profundo y más duro aprovechando todo mi peso, además de que me gustaba abrirle las piernas con mis manos y si movía un poco la cadera también podía darle justo en la próstata y no solamente hacerlo gemir, sino casi chillar mientras su cara se ponía toda roja sin poder ocultar su placer. Mi primo Pablo solamente alcanzaba a sacar ligeros quejidos de su boca cada vez que le metía un collazo hasta el fondo sin poder evitar que se escapara el sonido de su boca. Entonces mi primo Samuel se puso de pié junto a mí, colocando su verga justo a la altura de mi cara, yo abrí mi boca y empecé a chupar esa deliciosa verga cabezona. Mi primo Samuel ya estaba bien caliente, su verga sabía saladita y estaba con la cabecita toda babosa pero también se estaba conteniendo para prolongar el placer. Estuve chupándole el pito un rato hasta que quedó todo húmedo de saliva y hasta se escurría un poco. Pablo y yo ya estábamos sudando un poco pero al calor del placer eso solamente se sentía más rico, nuestras pieles un poco pegajosas resbalando calientes al contacto. Samuel se acostó boca arriba a un lado de su hermano y empezaron ...