1. La piscina de nuestra vecina


    Fecha: 27/07/2025, Categorías: Erotismo y Amor Autor: Yasemin, Fuente: CuentoRelatos

    ... alguien te abrace, te desorientas. Era hiperconsciente de cada centímetro de mi piel cuando Claudio se me acercó. Enganchando mis brazos alrededor de él, presioné mis pezones contra su pecho. Parecía gustarle eso, a juzgar por la erección que empujaba mi ingle a través de su traje de baño.
    
    Su mano se deslizó hasta la parte baja de mi espalda. Me arqueé contra él. Ya no tenía sentido resistirse. Esto es lo que yo quería; ¡maldito sea el equilibrio emocional!
    
    Envolviendo una pierna alrededor de sus caderas, metí su erección entre mis muslos. Su mano en mi mandíbula se deslizó hacia abajo para ahuecar mi pecho. Gemí en su boca mientras él jugueteaba con mi pezón con sus dedos. Rompió el beso, los dientes rasparon mi barbilla mientras dejaba besos por mi cuello.
    
    "Sabía que eras hermosa con la ropa puesta, pero... desnuda, eres mucho más”. Claudio empujó mis pechos juntos, levantándolos por encima de la superficie para poder saborear mis pezones. Apreté los dedos alrededor de su cabello espeso y húmedo. Él lamió y chupó mis pezones como si estuvieran hechos de azúcar. Mi clítoris palpitaba, privado y celoso, mientras me apretaba contra su pene.
    
    Agarró mi trasero con ambas manos y volvió a capturar mi boca. No me di cuenta de que nos estábamos moviendo hasta que estuvimos en el extremo menos profundo. Me sacó del agua y me acomodó en el borde de concreto. Su cuerpo encajado entre mis piernas, su boca estaba a la altura perfecta para seguir adorando mis pezones. Sus ...
    ... palmas acariciaron mis muslos mientras besaba una línea desde mis senos hasta mi ombligo.
    
    "Recuéstate", dijo con voz áspera.
    
    Mi pulso revoloteaba como las alas de los pájaros. Me recliné cuando Claudio enganchó sus manos debajo de mis rodillas y las separó. Mordiéndome el clítoris, conté los latidos de mi corazón y esperé a que hiciera lo que yo no podía hacer por mí misma.
    
    Su lengua dibujaba un cálido sendero desde mi abertura hasta mi clítoris. Sentí el zumbido lascivo que siguió como las vibraciones de un diapasón. Lamió mi clítoris, rodeándolo un par de veces antes de cerrar sus labios alrededor de él. Me tapé la boca con una mano para suprimir el gemido que sin duda hubiera despertado al vecindario.
    
    Lamiendo, chupando, girando. Se tomó su tiempo probando todo hasta que supo exactamente lo que necesitaba, cuándo y cómo me gustaba. No podía creer que había pasado tanto tiempo sin permitirme tener esto. Jugué con mis pechos, incrementando mi placer aún más. Claudio miraba desde mi entrepierna, su mirada oscura y hambrienta. Esa mirada fue suficiente para impulsarme hacia el punto de no retorno. Solo unos pocos lametones más, unos segundos más...
    
    Cada músculo de mi cuerpo se tensó. Mi clítoris latía. El placer, dulce y embriagador como el whisky en mis venas, brotó de mi interior mientras alcancé un orgasmo. La dura protuberancia de donde procedía toda esa gloriosa sensación pulsaba debajo de la lengua de Claudio. Fue todo lo que pude hacer para evitar que mis ...
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