1. Entrega total (capítulo 4)


    Fecha: 07/11/2018, Categorías: Sexo en Grupo Autor: cleversex, Fuente: CuentoRelatos

    Habían pasado varios días con un par de fines de semana de por medio y Marta estaba totalmente restablecida, a excepción de algún hematoma superficial en el trasero de reciente formación. Todo el papeleo estaba tramitado y oficialmente trabajaba para Paco en las labores domésticas de su casa. También había ido a la clínica que le había indicado el amo para que la administraran un anticonceptivo.
    
    Cómo él mismo se había prometido, Paco controlaba sus impulsos violentos y, aunque la seguía maltratando, no era ni por asomo cómo los primeros días. Ajena a las comeduras de coco de Paco, Marta vivía feliz cómo una lombriz. Aunque lloraba y se quejaba con los castigos cada vez más extremos, los aceptaba gustosa y cuánto más duros y despiadados eran, mucho mejor: más disfrutaba. Con él estaba alcanzando un nivel de placer totalmente desconocido para ella.
    
    —Amo, ¿puedo leer libros? —preguntó un día.
    
    —Cuándo yo no esté en casa, y mientras cumplas el contrato que firmaste, puedes hacer lo que quieras.
    
    —Gracias amo. Había pensado que mientras tomo el sol puedo leer: antes lo hacía mucho.
    
    —Me parece bien. Ya me fije que tenías muchos libros en la otra casa. Pásalos todos aquí y colócalos en esas estanterías, —dijo señalando una zona repleta de figuras—. Toda esa mierda quítala, mételo en una caja y bájalo al trastero.
    
    —Cómo mandes amo.
    
    —Y si quieres comprar más, puedes hacerlo como si fuera un gasto doméstico.
    
    —Gracias amo.
    
    —Vete a la cama y espérame, —Paco se ...
    ... había dado cuenta de que de vez en cuando, le gustaba tumbarse en la cama con ella y meterla mano con mucha tranquilidad, manosearla a conciencia, al tiempo que la besaba sin descanso. Sabía que ella no disfrutaba igual, pero eso le daba igual, porque lo importante es que él lo pasara bien: Marta estaba para su uso y disfrute única y exclusivamente.
    
    Se preparó una copa de whisky y con el de la mano entró en el dormitorio. Marta estaba sobre la cama, de rodillas sentada sobre los talones y miraba fijamente a su amo como una culebra a la flauta del faquir. Paco se puso en el borde de la cama y rápidamente su esclava se aproximó y agarrando la polla con una mano empezó a chupar mientras Paco daba pequeños del vaso. Le gustaba verla reflejada en los espejos del armario con ese culo cada vez más perfecto, mientras le comía la polla: la imagen le ponía a cien.
    
    Tomó un sorbo y agarrando por el pelo a Marta la beso trasvasándola el whisky. Lo tragó, y como reacción los pezones se le pusieron como canicas mientras ponía cara rara. Paco soltó una carcajada y la abrazó mientras la morreaba y se tumbaba con ella en la cama. La pasó el brazo por debajo del cuello y con la mano libre empezó a acariciar suavemente el torso de Marta. Paco estaba encantado con el aspecto de su sumisa. Empezaba a estar morena, la depilación láser la mantenía sin un pelo y sobre todo, aunque todavía no estaba en el peso estipulado en el contrato, ya casi estaba por los cincuenta kilos.
    
    Con sumo placer ...
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