EL SEXO NO TIENE EDAD
Fecha: 06/08/2025,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: alirongo, Fuente: RelatosEróticos
Hola soy Gabriel tengo 63 años una edad ideal para saborear el sexo, sin grandes proezas y con una teoría que es más vale la calidad que la cantidad, ya jubilado mis paseos y la bicicleta me hacen estar en buena forma y las ganas de pasarlo bien eso no ha decrecido, como buen abuelo intento ayudar a mis hijos en la medida que puedo entre otras cosas en llevar a mi nieto a la escuela todos los días y ahí es donde comienza mi última relación. Se llama Carmen también abuela de 66 años, pelo blanco, 1,65 de estatura, pero con unas buenas tetas algo caídas y un buen culo y su nieto va a la misma escuela que el mío.
Todos los días coincidimos sobre todo a la hora de la salida de los nietos que son buenos amigos y se quedan a jugar en rato en el parque que hay al lado de la escuela, asi comenzamos a conocernos, conversando de nuestro nietos y poco a poco de nuestras vidas, así supe que era casada, que su marido tenía casi 80 años, que tan apenas salía de casa salvo para ir al médico con su marido, para llevar a su nieto al colegio e ir la compra eran su únicos ratos que tenía para ella.
Las conversaciones se fueron haciendo cada vez más personales, después de unos cuantos meses y ya cuando había más confianza, empezamos hablar de nuestras relaciones personales, de mi situación sentimental, divorciado desde hacía algunos años de mis relaciones y lo que me atraía de las mujeres maduras y que curiosamente coincidía en muchos aspectos, que me sentía muy a gusto estando con ella, ...
... Carmen se ruborizó y de su boca salió un suspiro, se quedó sorprendida pero una sonrisa iluminó su cara, no se lo esperaba y no sabía que decir pero apretó mi mano y me dio un beso en la mejilla.
Carmen también se abrió a contarme sus vivencias, de joven había sido muy abierta y tuvo varios novios hasta que conoció a su marido, tuvieron que casarse rápido pues ella se quedó embarazada y en esa época era casi obligatorio el matrimonio, la rutina se apoderó de su vida sexual que se limitaba a unos poco encuentros que se fueron alargando en el tiempo y ya hacía tiempo que dormían en habitaciones separadas y del sexo ni se acordaba, y ya era mayor para pensar en ello, le hice saber lo que opinaba al respecto, lo hermosa que me parecía, que en el sexo no hay edad, es el deseo y las ganas y saber las limitaciones además en estos tiempos hay muchas ayudas externas que facilitan el gozar de buenas relaciones, me confesó que estaba desfasada en este tema que alguna vez se le había pasado por la cabeza pero que enseguida lo había descartado.
La invité a desayunar después de dejar a los nietos en la escuela y ponerla al día, al principio era reacia, hasta que por fin aceptó y fuimos aumentando la confianza ya comenzamos hablar de nuestros gustos de todo tipo incluidos los sexuales, comenzó a venir más coqueta, con un maquillaje discreto pero con ropa más ajustada que acentuaba su figura, con escote que dejaba insinuar los que había debajo de su vestido.
Ya los encuentros eran ...