Mi amiga, mi mundo - Relatos Eróticos

Mi amiga, mi mundo

... quedarse con él, los dos estuvimos de acuerdo con nuestra separación

Sí, pero el no cuenta eso Ana dice que tu ya no quisiste seguir, que comenzaste a buscar nosé que cosas, hacer preguntas locas,

Jaja, si te va a contar que lo haga bien, yo se las dije muy claras y no eran preguntas sino afirmaciones , él dice que estoy completamente loca que ni siquiera se lo que quiero pero que aún así estaba dispuesto a continuar conmigo, ¡que gran favor! , que no se sacrifique así que mejor yo le hice el gran favor, le facilite las cosas dije lo que el no se atrevió a decir que ya no dábamos para mas estábamos acostumbrados a estar juntos, solo eso, lo único que teníamos en común eran las niñas, en cuanto a ellas no pretendo que me entiendan ni que aprueben mi decisión sabían que si venían conmigo las cosas iban a ser inciertas en cuanto a lo económico así que afortunadamente pensaron de manera práctica.

Estoy aprendiendo a conocerme a tratar de entender mi locura me ha costado un buen el estar sola, pero estoy convencida que mejor sola, solo con mis amigas solidarias –la abrazo- y pienso en Ari -la extraño-

En eso va saliendo la doctora con ella, y nos da las indicaciones que igual se las ha dado a ella limpiar la herida no hacer movimientos bruscos y en un par de días le quitaran los puntos.

Salimos y nos dirigimos al auto, el regreso fue silencioso hasta que Ari rompió con él abruptamente,

Vaya, pues a veces resulta que las mujeres somos mas zorras, no importa si ...

... somos lesbianas, heterosexuales, mientras unas se cogen a otra en tu cama algunas más dejan a sus maritditos e hijos también ¿Cómo chingados no? Se cansan de jugar a la casita, ¿verdad Ana?

Ni siquiera le contesto quedé de no más estupideces no buscaré ningún tipo de enfrentamiento, me dirijo a Ale, ¿me puedes dejar en el metro?

Ana sigue fastidiando, el metro??? La princesita del cuento toma el metro?? Cómo?

Ale interviene, no inventes Ana vamos a comer las tres juntas hace un buen tiempo que no lo hacemos, y le da un golpe en el hombro a Ari,

Auch, no maaaa…que me abres de nuevo esta fregadera

Se acuerdan cuántas veces comimos juntas? Parecía que estábamos pegadas donde iba una iban las otras era divertido, preparábamos cada porquería pero lo comíamos gustosas, así que vamos a tu casa Ana y preparamos o encargamos algo.

Ariel y yo no decimos nada pero no dejamos de mirarnos

Ale sigue hablando ¿sabes que Ari? Ana y yo hemos estado platicando algunas cosas la principal ¿Por qué no hacen de una vez por todas las paces?, creo que las tres necesitamos en este momento de nuestras vidas el ser las grandes amigas que siempre fuimos, que somos

Que flojera Ale ahora no quiero pensar en nada y menos en cosas que no me interesan

La neta ya no puedo seguir ahí, caer en este juego absurdo no tiene caso, así que aprovecho que esta el alto le lanzo un beso a Ale y salgo del auto, no le di chance de nada, atravesé la calle y seguí mi camino, no sé por qué me siento ...