1. El primo de mi esposo me coge a la fuerza


    Fecha: 24/08/2025, Categorías: Incesto Autor: AlonsoLima, Fuente: CuentoRelatos

    ... hacia adelante. Inclinada sobre el lavatorio me penetró. Le pedí que parara nuevamente. Le rogué que no lo hiciera. Pero el sólo me respondía “esto te gusta puta, no te hagas la decente”.
    
    Sentía que me ardía mi coño. Que me ardía como fuego. No estaba excitada y tenía su verga gruesa entrando y saliendo toda.
    
    Él seguía insultándome. Ofendiéndome. Diciéndome puta todo el tiempo y más.
    
    De pronto la sacó y me dijo “te voy a coger en tu cama perra de mierda”. Le volví a suplicar que pare. Pero era una súplica inútil. Me cogió con sus dos manos y me llevó a la fuerza a la cama. Me tiró sobre ella, caí boca abajo.
    
    Imaginé que me quería coger por atrás y con la intención de evitarlo me di vuelta. Me dio una bofetada y me dijo “boca abajo perra”. Llorando lo obedecí. Se acostó encima de mí y nuevamente con sus piernas separó las mías. Con sus manos separó mis nalgas. Pensé, con lágrimas en los ojos, que me la metería al culo. Pero no fue así. Siguió por mi vagina.
    
    Imaginé que si él llegaba me dejaría y se iría. Recordé que tenía que irse a las 10am. En ese momento pensé que si él creía que yo lo disfrutaba llegaría más rápido y me dejaría.
    
    Comencé a simular gemidos. A simular que lo estaba disfrutando. Él ...
    ... se comió el cuento. Empezó a decir cosas como “sabía lo puta que eres”. Intenté seguir disimulando, para que llegara más rápido y me deje. Creía que esa era la mejor forma de evitar me posea por el culo. Pero me equivoqué.
    
    Me la sacó. Se separó un poco de mí. Sentí sus dedos humedecer mi culo con su saliva. Le pedí que no hiciera eso, que no me cogiera por allí. Le ofrecí chupársela, tomarme su leche. Pero no me respondía nada. Se volvió a colocar encima. Pegado a mí y sin ningún respeto ni cuidado, puso su verga en la entrada de mi culito y me la metió en una sola empujada.
    
    Lloré de dolor. Las lágrimas se chorreaban por mis mejillas. Mi almohada ya estaba húmeda. El dolor no se iba. Él lo estaba disfrutando y mucho. Lo que más repetía era “este culo ya es mío”. Y lo era. Contra mi voluntad, pero era de él. Sentí que se aceleraba su respiración. Pero yo estaba como inerte. Sólo sollozando. De pronto él comenzó a gemir con fuerza y decir “puta viene tu leche” y se vino dentro de mi culo.
    
    Ni bien terminó se levantó. Se fue a su cuarto. Dejó la puerta abierta. Algunos minutos después cuando pude reanimarme un poco me levanté y la cerré con llave. Me quedé dormida. Cuando desperté era medio día. Él se había ido. 
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