Mmmm cogiendo con el profesor - Relatos Eróticos

Mmmm cogiendo con el profesor

... hacia mí y dejó las llaves en una de las mesas de la primera fila.

-No sé a qué se refiere profesor-le contesté acercándome también a él.

Cuando nos quedamos frente a frente no me tocó. Me moría por besarlo y devorarlo, pero aguanté su mirada. Agarro mi trasero y me apretó contra él.

-Si vuelves a mirarme así te juro que no podré aguantar y te cogeré delante de todos-me susurró con ese tono que hacia enloquecer. Le puse las manos también en el culo.

-¿Es una amenaza o una promesa? -le pregunté con "ojitos inocentes". Él sonrió y me besó. Notaba sus manos por todas partes y empecé a gemir contra sus labios.

Me desabrochó el pantalón e introdujo su mano para acariciar mi concha por encima de la tela de mi tanga.

-¿Vendrá esta tarde a mi despacho señorita? -apartó la tela y un dedo estaba a la entrada de mi vagina y empezaba a invadirme lentamente. Demasiado. Lo quería dentro de mí ya.

-Sí -contesté con el aliento entrecortado. Él me mordía el cuello.

-Eso ha sonado demasiado soso. Prueba otra vez -dijo mientras me lamía y retiraba su dedo, o al menos parecía amenazar con eso.

-Sí, esta tarde iré a su despacho profesor... a que me coja-estaba tan cachonda que hubiera dicho cualquier cosa.

-Eso está mucho mejor. Tú sabes que me encanta cogerte. ¿Notas mis dedos entrando y saliendo? Ojalá fuera mi verga dándote placer y haciendo que te corras. Pero ahora tengo otra clase -dijo mientras retiraba la mano y se llevaba los dedos a la boca. Los lamió y ...

... se giró para subir a la tarima.

Me abroché el pantalón, recogí mis cosas, agarré las llaves y abrí la puerta. Ya llegaban algunos alumnos por el pasillo.

-¿A las 7? -le pregunté.

-Sí, y por favor y trae lo que te pedí el otro día -contestó sin mirarme y preparándose para la siguiente clase. Algunos alumnos empezaron a pasar y me marché sin decir nada más.

Estuve toda la mañana sin poder quitármelo de la cabeza. ¿Qué me pasaba con él? Me volvía loca. Me marché a mi piso y media hora antes de ir a verlo me vestí. Me puse una falda negra ceñida (que él me pidió), una camisa rosa y botas de tacón alto negras. Sonreí cuando le imaginé entre mis piernas.

Cuando llegué a la universidad ya era de noche. El pasillo estaba silencioso como siempre. Estaba ante su puerta y llamé. No me dio tiempo a respirar, la puerta se abrió, él me agarró del brazo, la volvió a cerrar y me apoyó en ella.

De cara a la puerta apoyé las manos en la madera y noté su verga enfundada en el vaquero contra mi trasero.

-Llevo cachondo todo el día -dijo mientras me levantaba la falda y se ponía de rodillas. Me bajó la tanga y me mordió el culo. Abrió bien mis piernas. Él veía mi concha desde atrás.

-Date la vuelta -me dijo aún de rodillas. Así lo hice. Comenzó a comérmela. Me metía un dedo, dos, me lamía el clítoris y yo no paraba de gemir. No quería hacer ruido, pero no lo podía evitar.

Se puso de pie y me besó. Le abrí el pantalón y me puse de rodillas. Quería esa verga dentro de mí ...