Madura judía buscaba compañía en una red social de antaño - Relatos Eróticos

Madura judía buscaba compañía en una red social de antaño

Que tal amigos éste relato trata de una dama que la encontré hace años cuando apenas empezaban las redes sociales de citas, no puedo nombrar cuál es pero basta decir que ofrecía la posibilidad de tener fotos privadas, en las de perfíl públicas se miraba una dama de 49 años, de tez morena clara pero de cabellera rubia natural (lo comprobé), ella no tenía un cuerpo espectacular como lo cuentan otros colegas, media cómo 1.55m de complexión robusta aunque no gorda, de nalgas y caderas suficientes como para notar una figura decente en falda aunque nada espectacular, aunque de frente era otra historia, ella también estaba bien conservada en salones de estética, uñas y pestañas postizas, y con ropa elegante pero también reveladora, su esposo era varios años mayor (los suficientes como para ya no tener intimidad con ella), y se dedicaba a los negocios de usurero típico de su etnia, ella al faltarle atenciones o emociones había abierto dicho perfil (segun me contó), en los que después de un saludo y un halago que hacía alusión a qué se veía más joven, me respondió con un cordial saludo un día después y después una charla amena con flirteo por parte mía y correspondencia por su parte llegamos a intimar bastante.

  Después de algunas insistencias mías me deja ver sus fotos privadas, en las que se miraban 3 fotos subidas de tono; la primera ella está a sentana de perfil mirando hacia una puerta parecida a un closet de madera oscura, se contrastaba el color de sus piernas con la de ...

... sus tobillos y brazos con un color más claro, lo que denotaba que no le daba mucho el solo en esas partes, tenía la pierna alzada permitiendo ver su vagina o al menos sus labios con algunos vellos semirubios que emanaban de su sexo y ano, la segunda foto era ella volteada de espaldas (en todas las fotos privadas ocultaba su rostro) sin brasier pero solo con la espalda a la vista y abierta de piernas con una tanga blanca dividiendo sus nalgas sobre un taburete o banquillo, se notaba que se la habían tomado en un hotel, la tercera era en esa misma posición pero de frente enfocando sus senos los cuáles tenía un pezón de color café claro casi llegando a rosados, se veían un poco de estrías y ligeramente caídas, su tamaño parecía de una copa C, por lo que se miraba tetona aún con brasier y ropa, ella me dice que sea discreto con las fotos y le digo que soy un caballero y que solo serían para mis ojos, mi respuesta al parecer le gustó, y me dijo que era muy educado y respetuoso, le respondí que si no deseaba comer, desayunar o un café, me dice que si tenía tiempo pasado mañana y que platiquemos, que si no cambio mi forma de ser en persona podría haber una recompensa por ser un caballero, ese comentario me hizo acelerar el corazón, y espere con ansias la fecha acordada. 

Llegó el día y me dirigí nervioso a la cita, ella me saluda en el estacionamiento del centro comercial apenas y ve mi carro previo a una descripción previa por mensajes, se sube de inmediato, yo pensé que hibamos a ...