Emputecida y Sumisa Capitulo 5
Fecha: 09/11/2018,
Categorías:
Lesbianas
Autor: merchemaria, Fuente: RelatosEróticos
Al día siguiente en el trabajo no hacía más que pensar en lo que me iban a meter ahora. A mi nunca me habían gustado las mujeres, y aunque últimamente me había acostado con Débora y la puta rusa que me alquiló Pedro, ciertamente me resultaba placentero, pero de ahí a hacerme plenamente bisexual me parecía un abismo.
Por cierto me acordé de Pedro, le llamé y le conté que no quería volver a verle que quería a mi marido y que no me parecía bien ponerle los cuernos. Con gran desconsuelo suyo me dijo que quería seguir siendo mi amigo y que le llamara para tomar una copa algún día.
Después del trabajo fui al club a mi sesión de aeróbic, masaje y rayos UV. Cuando estaba con Debora en la sauna, me dijo que el sábado nos iríamos por chueca, a locales de lgbt, así que el sábado por la mañana iríamos a comprar ropa adecuada y a la peluquería ya que había otra petición de Rubén que me tenia que hacer.
El sábado fuimos a tiendas típicas del público lgbt, nos compramos vaqueros ajustados, chaquetas vaqueras y de ante, pañuelos para la cabeza, bragas y sujetadores de colores bastante bastos, bisutería dorada como pulseras y largos pendientes, botas y mocasines de ante, etc., según Deborah nos poniamos a la moda lgbt, para dar una imagen hippie y más juvenil. Luego fuimos a la peluquería y Debora solicitó a una de las chicas para que me pusieran extensiones de pestañas. Ella las eligió por cierto bastante largas. El proceso duró dos horas y media y el resultado fueron unas pestañas ...
... muy largas y tupidas. Debora me comentó que a partir de ahora siempre debía llevarlas así y que ya me acostumbraria por el peso de ellas. La peluqueria me comentó que cada tres semanas pasara por la peluquería a retocarlas y me dio las indicaciones para cuidarlas ya que eran de cabello natural.
Luego comimos en un restaurante y Débora me empezó a dar instrucciones, me dijo que me vistiera y maquillara lo más provocativa posible con la ropa que habíamos comprado, y que pensó que me iba a presentar como su novia. Que ella haría el papel de marimacho y yo el de su putita complaciente.
Por la tarde fui al cine con mi marido y el niño. Al llegar a casa me criticó bastante las pestañas y me dijo que parecía una loca de la calle. Aguante un poco el insulto ya que íbamos al cine con el niño. Al llegar a casa me duché y empecé a vestirme con la ropa que compré por la mañana. Me puse unas bragas y un sujetador granates, una blusa blanca escotada que transparentaba el sujetador y que me llegaba a la mitad de la tripa y que se ajustaba a la misma con una especie de goma, un vaquero azul clarito desgastado muy bajo de caderas y ajustado que me marcaba la raja de mi coñito y que se sujetaba con un cinturón dorado.
Entre el pantalón tan bajo de caderas y la blusa tan corta se me veía el piercing del ombligo y la mitad de mi mariposa tatuada sobre el sexo, además de la goma granate de las bragas.
Para terminar unas botas bajas doradas con tacón y plataforma de unos 10 centímetros ...