Llamadas perdidas
Fecha: 09/11/2018,
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Autor: FilosofoAullado, Fuente: CuentoRelatos
... sí, apenas y le importan las palabras del interlocutor. Desde hace rato el interlocutor es un pretexto para su propio deseo y para su propia satisfacción. No sabía si estaba traicionando a su esposo, pero qué bonita traición, qué deliciosa, sobretodo. Obedeció, como desde el principio, frotó el teléfono contra su clítoris… Metió un poquito del auricular entre tus piernas, por la parte más delgada pero que, sin embargo, seguía siendo demasiado grueso para su suave y delicada vagina. Se agitó muchísimo, se estremeció, una corriente de aire electrificado recorrió su espina dorsal. Quería llorar de felicidad, quería aullar como una loba, quería tirarse en el suelo y dar vueltas como cuando era niña y daba vueltas feliz sobre las flores afuera de la cabaña de su abuelo… No sabía lo que quería, sabía que eso era un orgasmo, porque era la máxima expresión del amor de Dios. Agradeció a Dios o al Universo, ese giro abrupto en su aburrida madrugada.
Cuando pone el teléfono en su oreja, se da cuenta de que el interlocutor ha colgado, o ella sin querer ha cortado la llamada. No le importan, sonríe y se va a dar un baño, enjabona muy bien todo su cuerpo. Sus senos son grandes y jugosos, sus nalgas son gruesas y grandes. Su piel es blanca como la nieve, y el agua cae en tus labios suaves y resbala por sus pezones rosáceos y grandes, por su pubis peludo. Se sale de bañar y se pone otra bata, casi transparente. Se siente más hermosa que nunca, más sensual también. Alguien abre la puerta del cuarto, ella brinca sorprendida. Es su marido que le dice: regrese porque tenía la sensación de que algo necesitabas.