Mi hermano, su esposa y yo IV. - Relatos Eróticos

Mi hermano, su esposa y yo IV.

... fui tomado de la cabeza y empujado sobre su sexo, era exquisito saberla caliente y deseosa de mi. Tomándome de la barbilla y subiendo hasta la altura de su cara me dio un prolongado beso y me dijo en tono suave y morboso, que rico lo chupas, ahora quiero que me lo metas. Parado como estaba me quite el pantalón, los zapatos y el bóxer que traía puesto, me desabotone la camisa y deje al descubierto mi falo que a estas alturas estaba a mil; tensa y gorda, lista para entrar en mi cuñada. Con esta escena le pedí se pusiera en posición de perrito, para lo cual ella se acomodo y me regalo la vista de sus nalgas y la pronunciación de sus caderas, con mis manos recorrí sus nalgas y tome sus caderas hasta trincarla junto a mi, estaba prolongando lo más posible mi entrada en ella, era fabuloso verla en esa posición entregada para el recibimiento de la verga de su cuñado, así que tome mi falo lo acerque hasta la entrada de su vagina y la frote hasta que la cabeza quedo completamente lubricada, podía verle lo enmielada que estaba, momento que no aguante más y la introduje lentamente pero hasta el fondo. Pude escuchar a mi cuñada que decía que rica la tienes, esas palabras hicieron para que tomara ritmo de meter y sacar, ahora si podía meterlo con fuerza, el sonido de sus nalgas chocando con mi pelvis se escuchaba majestuoso, veía mi palo con un brillo sin igual, así pasamos algo de tiempo hasta que me dijo que me acostara, lo que accedí de inmediato, saque mi falo y no daba crédito de ver ...

... que todo el largo de mi falo se lo había comido, los 17 centímetros ahora estaban al descubierto. Me recosté boca arriba y deje que me observara, ahora ella disfrutaba de la vista panorámica de mi; montándome la volví a tomar de las nalgas y la traje hacia mi, tenia ganas de nalgearla pero nunca me decidí. Se acercó a mi y nuevamente y me dio un beso, para lo cual su vagina y mi palo estaban rosándose, ella con movimientos expertos se movía con ritmo cadencioso, vi como mi falo era abrazado por sus labios vaginales, ejercicio que se repitió por un tiempo hasta que sin más lo enderezo y se lo introdujo. Apoyando sus manos en mi pecho se dejo caer poco a poco, sus ojos se cerraron signo de su estrechez vaginal y acomodo de mi falo. Cuando estuvo en el fondo comenzó el vaivén de adelante hacia a tras, solo a veces se detenía para contraer sus músculos vaginales y succionarme; experiencia que después fue comentada a mi hermano e; le dije en muchas ocasiones que mu gustaba mucho cuando lo hacia, el asintió y dijo que a el le gustaba igual. Después de esas contracciones vaginales se desprendió de mi y dio vuelta, me dejo ver de nuevo sus nalgas y su lindo trasero, volvió el masaje y con la mano izquierda lo levanto y se lo introdujo, ahora el ritmo llevado por ella era de arriba hacia abajo, pude escuchar gemidos de placer y gusto por lo que estaba comiendo; sin embargo yo hacia todo lo posible para no terminar, el doble estimulo estaba haciendo efecto, el masaje de su vagina y la ...