1. Vacaciones merecidas (1)


    Fecha: 13/11/2018, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... ahora.
    
    En ese momento me ruboricé y casi tartamudeando le dije:
    
    - ¡Estás loca! ¿Tú estás borracha o qué?.
    
    - Dime la verdad, ¿no te pondría cachondo que me abriese de piernas y me masturbara delante de ti y de ese chico?.
    
    - Me pondría caliente, ¡claro que sí! Pero tú eres una mujer casada y no puedes comportarte así en público.
    
    - ¿En qué quedamos? Sí soy una puta, debo de ser con todas sus consecuencias. O si lo prefieres, sigo siendo "La señora de" y nuestra vida sexual vuelve a ser monótona y aburrida.
    
    - Tú decides.
    
    - Podrías serlo sólo en la intimidad.
    
    - Y una mierda, o todo o nada.
    
    Yo estaba que no me creía que pudiese tener a mí mujer delante, que había ocurrido, aquella isla la había cambiado totalmente, y lo peor de todo, me gustaba que fuese así.
    
    - Acepto, pero si esto se pasa de la raya debemos de parar. ¿OK?.
    
    - ¿Quién pone el límite?.
    
    - La coherencia de nuestros actos.
    
    - Me doy un baño, creo que es lo más coherente que puedo hacer ahora.
    
    Dió un salto y se fue hacia el agua. Me quedé observando aquel cuerpo andando hacia el agua, contoneándose y haciendo ostentación, me comencé a empalmar, era asombroso, después de casi 30 años de casados y volvía a excitarme aquel cuerpo. Me levanté y cuando estaba de pie, me dí cuenta que mí polla apuntaba hacia el frente, instintivamente miré al joven y éste se sonreía de aquella situación, volví a sentarme inmediatamente y seguí observando a mí mujer.
    
    El muchacho se levantó y lo ...
    ... contemplé detenidamente, no tendría más de 20 años, era algo más alto que nosotros y delgado, su cuerpo demostraba que practicaba ejercicio físico con bastante frecuencia, pues aunque su musculatura no era excesiva, se notaba la falta total de grasa, se notaba cada músculo y cada tendón de aquel cuerpo veinteañero. Se bajó el bañador y se quedó desnudo, al estar orientado hacia la playa, no pude ver su pene; el se fue andando hacia el agua para darse un baño, mí mujer en ese momento estaba nadando en la dirección hacia donde él iba a entrar, de pronto se paró y se quedó mirándolo descaradamente. Me miró a mí y luego volvió a mirarlo a él, aquella conducta me estaba contrariando. El se metió en el agua y al pasar nadando al lado de mí mujer, vi que ella le saludó, quizás devolviéndole el saludo. Ella salió del agua y estando de espaldas a él, me hizo un gesto con ambas manos dándome a entender el tamaño del pene del muchacho, por el espacio dejado entre ambas manos, debía de ser descomunal. Se reía pícaramente. Al tumbarse en la toalla a mí lado, me dijo:
    
    - ¿Le has visto la polla a ese chico?.
    
    - No, estaba de espaldas a mí. ¿Cómo es?.
    
    Me sorprendió que yo mismo hiciese aquella pregunta.
    
    - ¿Te gustaría acariciarla?
    
    - ¡¡¡Por favor!!!! ¿Qué dices?.
    
    - Lo que escuchas, ¿si te gustaría acariciarla? ¿Nunca te has comido una polla?
    
    - ¡¡¡NO!!! ¿Pero, a tí, que te pasa hoy?
    
    - Que estoy súper cachonda, ¿no lo notas?
    
    Mí pene volvía a reaccionar, se estaba poniendo ...
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