Mi Hijo y Sus Compañeros parte I - Relatos Eróticos

Mi Hijo y Sus Compañeros parte I

Mi nombre es Alan soy un hombre de 42 años, blanco fornido y me gusta el beisbol, soy bien parecido y demasiado atractivo para mujeres y para los hombres, en especial los muchachos de preparatoria.

Actualmente soy padre de 3 varones muy especiales para mí, Miguel el mayor, Matias el menor por dos años y el más joven Emanuel de 17 años. Con ellos tengo una relación especial y es que los 4 somos confidentes de todo, tanto Miguel como Matias son chicos que me enorgullecen aunque también me han contado sobre sus aventuras con sus parejas o con sus amigos que me caliento de solo escucharlos, los dos viven lejos y nos visitan cada final del semestre en sus escuelas y con respecto a Emi como le digo, es un chico que le gusta estar en casa, de hecho el no planea marcharse como sus hermanos y prefiere quedarse aquí, en especial por que estoy yo, segun sus palabras.

Siempre he sido abierto de mente, jamás he considerado tabú muchas situaciones y escenarios y con mis hijos no es la excepción, desde chicos siempre me he bañado con ellos incluso a sus 10 todavía lo hacía porque se que a esa edad se llegan a interesar por el cuerpo del hombre, yo lo hice con mi padre pero el jamás me explicó a fondo lo que era el sexo. Las primeras pajas de mis chicos fueron a los 12 y lo practicaron conmigo, esto claro mientras su madre no estaba que por cierto es doctora y se va toda la semana a otro estado mientras yo trabajo como policía en la ciudad donde vivimos, así que después de mis ...

... jornadas matutinas siempre estoy en casa. 

Mis hijos me preguntaban lo que sea porque les deba la confianza de hacerlo, Migue y Mati descubrieron el porno conmigo y de vez en cuando nos encerramos en sus habitaciones y hacíamos mega pajas juntos viendo a las zorras saltar encima de esas vergas. Y aunque para mí era un deleite ver esos vídeos, al final lo mío era el porno gay en especial de maduros cogiéndose a chavales o viceversa

Cuando mis hijos se fueron, Emi y yo éramos básicamente los únicos en casa y Emi ya había llegado a la edad más esperada en la que nos divertíamos los dos, pasaron los años y a los 10 Emi dejo de querer bañarse conmigo, a lo cual no me negué, pero se me hizo algo raro. A los 12 esperaba que el descubriera la paja conmigo pero tampoco pasó, le dejé de dar importancia porque no podía obligar al chico a hacer algo que no le gustara solo se encerraba en su cuarto y no dialogabamos, hasta que a los 15 descubrí algo de el. 

Un día estaba acostado muy de tarde en mi cama, habíamos acabado de cenar los dos y yo me dispuse a ver una película en mi habitación, de repente no me pude contener y me puse una peli porno gay en la pantalla. Era de un chico delgado y morenito con cabello rubio que cabalgaba con su culito la polla de su tío mientras gemía muy rico, me la empecé a jalar un buen rato hasta que me di cuenta que podía entrar mi hijo, apague el televisor y fui a revisar que no hubiera moros en la costa. Cuando me acerque a la habitación de Emi pude ...