Recordando viejos tiempos en Algún punto de la ciudad 2 - Relatos Eróticos

Recordando viejos tiempos en Algún punto de la ciudad 2

Como era costumbre por estas fechas decembrinas me encontraba impaciente y esta vez algo nervioso en una cafetería en algún punto de la ciudad.
Nervioso e impaciente esperaba a una amante que tuve hace unos años.
Ambos casados y con ganas de disfrutar el sexo a más no poder.
Volví a sentir la adrenalina de esperarla, no pensé que se comunicara conmigo.
En ese lapso recordaba como nos conocimos y nos hicimos amantes.
Ella siempre manifestó que su esposo no la satisfacía en la cama, a lo cual yo me acomedí a satisfacerla.
Muy fogosa en algunas ocasiones me hacía fallar, motivo por lo cual ella buscaba siempre quien le quitara las ganas.Además de que platicábamos inquietudes y disparatadas ideas  como hacer trios y otras fantasías
Eso al principio lo entendí pero yo me enamore de ella, incluso estuve a punto de divorciarme para juntarme con ella.
Recordaba las veces que llegaba a su casa con el pretexto de discutir y organizar los eventos artísticos de los cuales yo era promotor y ella se desempeñaba como fotógrafa de dichos eventos.
Muchas veces me la cogí en su casa ya sea en la sala o en su estudio fotográfico, ante la indiferencia de sus hijas que en ese entonces por ser jóvenes no se percataban o tal vez fingían no darse cuenta.
Debido a que llegamos a coger en su cama mientras sus hijas hacían tarea cada una en sus respectivas habitaciones.
La mayor que en ese entonces contaba con veinte años  sin duda sospechaba pero no le importaba, ya que a ella se la cogía ...

... su novio en su propia recamara.
Entre algunas discusiones debido a celos y otras cosas, en una ocasión me "cachó" viendole las nalgas a su hija mayor.
Además de celarme con otras compañeras. Era muy obvio que solo buscaba pretextos para dar por terminada nuestra relación.

Teníamos ya un par de años de no vernos. Primero por encontrarse ella con un nuevo galán que satisfacía sus necesidades.
Y otra porque porque se mudó con su familia a Veracruz. Siempre en diciembre venían a pasar la navidad y año nuevo con la familia de su esposo aquí en Tampico.
Este año no fue la excepción solo que esta vez sería yo el afortunado de volver a ver a la Licenciada (así le decía de cariño cuando eramos amantes).
El tiempo de espera se me hacía eterno hasta que llegó ella. Siempre tan despampanante, elegante para vestir sin ser muy ostentosa.
Lllevaba siempre gafas oscuras muy a corde a su atuendo que era un vestido color ázul rey  que le llegaba a las rodillas.
Dejando ver sus piernas torneadas por el ejercicio que siempre ha hecho.
Sus caderas anchas y nalgas paraditas que siempre me hacían desatinar resaltaban bastante.
A pesar de la edad (andamos ambos en los casi cincuenta) lucía espectacular.
Nos saludamos cordialmente ante la mirada despistada de los comensales del lugar.
Después de ordenar algo ligero estuvimos platicando de coas triviales y de vez en cuando le hacía comentarios en doble sentido.
A los que ella captaba a la perfección y solo sonreía pícaramente.
Luego de ...