TENEMOS VISITA
Fecha: 26/01/2024,
Categorías:
Hetero
Tus Relatos
Autor: CARAMELO, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
... ella para chuparle las tetas. -Cada vez lamento más no haber sido desvirgada por vos. Estoy segura que podría haber cogido todos estos años. ¡Me los perdí!
-Lo podés hacer de ahora en más. Seguro lo vas a disfrutar…
-Pero… ¡ahora quiero hacerlo con vos!
-Lo podés hacer con cualquiera que te guste… - ¡Son tan exquisitos sus duros pezones!
-Tía me dijo que nadie lo hace tan lindo como vos…
-Cuando te guste un chico, vas a ver que también te parece lindo. ¿Acaso la tía no coge con otros hombres?
-Sí, claro. Con muchos, como mami…, pero ellas los conocen desde hace mucho… ¡Están acostumbradas! – Me abrazó, apretándome contra sus tetas. – No es lo mismo. Para mí, la única pija que existe es la tuya, papito…
De cualquier manera, sabía que todo es conversación, desde una criatura que quiere alabar al maduro que la trata como toda una mujer…, ¡qué sin duda es!
-¡Ay! ¡Ay papito! ¡Acabo otra veeeezzz! – Ese no me lo perdí. Se la saqué y fui a chupar. Es el elixir de la gloria. ¡Lo último que tiene que saborear un hombre antes de morir!
Yo estaba a punto. Sentía la “exigencia” de los huevos. Tengo el caprichito de la cubana…
-Así mi amor. Quedate así, bajá las piernas…
-¡Aaahhh! ¡Menos mal! ¡No daba más! ¡Se me iban a acalambrar las gambas de tanto ejercicio! ¡Jajaja! – La nena está feliz.
Me monté sobre ella. Le puse la pija entre las tetas.
-Así. Agarralas con las manos y pajeame. Así. – Le hice la demostración. No dudó un segundo.
Se las tomó con ambas manos y me ...
... la apretó. Se la puse lo más cerquita posible de la pera. Arriba-abajo. Sin que le dijera nada Dakar sacó la lengüita e intentaba lamer cuando llegaba. Estuvimos varios minutos. ¡Es el momento de la mamada!
-¡Abrí bien la boquita! – La metí todo lo posible. Dakar tuvo un par de arcadas…
-¡No, no, no la saqués, yo puedo! – Medio ininteligible me lo dijo, sin dejar de chupar. Las mejillas hundidas, siento su lengua en el meato. Sus manos acariciaban el escroto.
-¡Vaaaa! – En cada sacudida también se iba mi gemido de placer. Dakar apretaba fuerte con los labios. ¡Una maravilla!
Con la mejor sonrisa tragó sin soltarla. La lengua recorría el tronco. La sacó y limpió prolijamente. ¡Brillosa y pulcra!
-¡Papito! ¡Qué rico! ¡Me tenés que dar más!
-Ya habrá más oportunidades… Ahora tenemos que prepararnos para que regreses.
-¿Ya? ¡Uy, qué lástima! ¡Cómo pasó el tiempo!
-Primero vamos a desayunar. – Fuimos a la cocina. Preparé el café. – Querés café o cacao…
-Si, dame cacao, frio… ¿puede ser?
-Si, por supuesto. – Lo preparé y serví. Puse unos bizcochitos dulces…, que tenía para estas “ocasiones”. Allí estábamos los dos, en bolas y desayunando. No podía dejar de verla tan hermosa y tan deseable. Corrí la silla hacia atrás.
-Vení, subite a horcajadas…
-¿Horca qué? – Tan inocente como bella…
-Aquí, sobre mis piernas. De frente… - La guie sobre mí. Le ubiqué el glande en la entrada de la concha. – Sentate, dale…
-Uy qué rico…, no lo habíamos hecho…
-¿Ves? Una nueva…, te vas ...