1. Días maravillosos de sexo con mama


    Fecha: 19/11/2018, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... fuerza. Yo hundía mis dedos hasta donde podía en su concha y no paraba de moverlos dentro, igualmente mi dedo pulgar no paro de rozar su clítoris. Así estuvimos unos diez minutos, con respiraciones agitadas y yo muriendo de deseos por follarla, pero finalmente ella tomo la iniciativa y me dijo… quiero tener tu polla dentro de mí, fòllame, fòllame, fòllame, ya, por favor, no aguanto más. Me subí nuevamente y ella dirigió mi polla a su concha y comencé a penetrarla con mucha suavidad, sentí un espasmo que subió por todo mi cuerpo en esos segundos hasta que toque fondo y ella suspiró un Ayyy, le pregunte si la había lastimado, me dijo… No, no te preocupes, es que tu polla es muy grande y ha tocado fondo, pero me gusta, sigue, sigue adelante. Y continuamos con besos y caricias y nos fuimos meneando y excitando tanto hasta el momento previo en que ella alcanzo el orgasmo, en ese instante vi su rostro transfigurado como una gata en celo que parecía decir con sus gestos… porque me haces esto y al mismo tiempo fòllame, fòllame más, y más duro, ese momento fue crucial, ver su cara de deseo, la cual jamás volvería a ver así, salvo bajo estas mismas circunstancias. Disfrute al máximo el momento y luego ella me dijo… Vamos quiero que llegues dentro de mí y comenzó a motivarme y a moverse y pronto yo estaba alcanzando el clímax, jadeando fuertemente y le deje toda mi carga dentro a ella, este ...
    ... momento fue también maravilloso e inolvidable sentir que inundaba su concha con mi semen y luego pasada la emotividad disfrute experimentar como mi polla se fue recogiendo hasta salir nuevamente a vez la luz. Esos tres instantes han quedado grabados en mi mente y cada vez que repetimos el encuentro, los disfrute al máximo, el instante de la penetración, su rostro al alcanzar el orgasmo y mi explosión dentro de ella. Después de unos cuantos meses la frecuencia de nuestras reuniones intimas fueron disminuyendo en la medida que mi curiosidad fue desapareciendo y comprendí que esa relación no tenia futuro, empecé a interesarme en mujeres de mi edad, pero se me ocurrió la idea de ayudarle a mama para que se reuniera con su amigo en casa y retribuirle los maravillosos momentos que me había regalado, además disfrutaría viéndola follar, escuchar sus gemidos, verla alcanzar sus orgasmos, todo sin que ella tuviera que exponerse al hacerlo fuera de casa. Para eso yo la comencé a engañar diciendo que iba a salir con amigos pero en realidad me escondía en casa y así la veía follar, escuchaba sus gemidos como una gata en celo y cuando había tomado algunas copas, era maravilloso, porque se comportaba más natural y exteriorizaba todos sus deseos, muchos de los que nunca compartimos. Más adelante si alguna vez resurgen mis deseos, creo que la buscare, pero por ahora entre nosotros todo está en calma. 
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