Patricio - Relatos Eróticos

Patricio

Fue tan delicado, tan suave, paciente y cariñoso que aún tengo cada sensación en la piel y en todo mi ser.
Me había acostado y ya casi dormía como me gusta dormirme
De lado, boca abajo, con la pierna derecha recogida y los brazos debajo de la almohada
Lo sentí cuando entro a la pieza, cuando cerró la puerta y el ruido de su ropa cayendo al piso. 
No podía ni quería reaccionar.
Sentí el peso de su cuerpo en la parte de atrás mío sobre el colchón. Su calor me cubrió de los tobillos hasta el pelo por completo pero su poronga ya estaba más que morcillona y emanaba calor y ese suave olor a leche de una pija que se está mojando sola
La sentí en las nalgas y mientras uno de sus brazos se cruzó por debajo de mi cuerpo y sus dedos apretaban mis pezones, con su boca me estaba comiendo el cuello pegado a mi oreja 
Me escuché gemir y sin pensar tense el cuerpo pegando mis nalgas más a su verga que ya estaba a pleno y se metía entre mis piernas Mojando mis huevos y dándole calor a mi culo que pedía sentirlo 
Me corrió el elástico del calzoncillo y me sentí como una puta a la que se la cojen sin sacarle la ropa
Su pija presionó y mientras me besaba en la boca metiendo su lengua al fondo, sentía que me iba desgarrando centímetro a centímetro hasta que sentí el peso y el calor de esas bolas peludas pegadas a mis nalgas 
Me seguía chupando el cuello y agarrado de mis pezones me obligaba por deseo a levantar la cola para que entre más adentro
Me cojió por tanto tiempo que me hizo acabar sin tocarme al tiempo que me llevaba 
Gemíamos los dos y yo no quería que la que la saqué jamás 
Sentí que se le aflojaba y se me salía la leche y fue otro organismo para mi 
Era la segunda vez que Patricio me hacía suyo.