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Primo Bully, parte 3
Fecha: 11/04/2024, Categorías: Gays Tus Relatos Autor: Lolito41, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
... culo. Casi al mismo tiempo, solté su labio y le dije con voz muy suave, casi suspirando, pero muy cachonda: - Tranquilo Tony, relájate, no pasa nada. Y luego hice algo que me sorprendió tanto como a él: con mucha habilidad, casi como si mi cuerpo estuviera lubricado, me di media vuelta para quedar frente a frente. En un rápido movimiento dirigí sus brazos, que seguían abrazando mi cintura, empujando desde sus codos para que sus manos bajaran y me tomaran de las nalgas. Luego subí mi brazo izquierdo colocándolo sobre su hombro con la mano casi en el cuello y mi mano derecha sobre su pecho. Ahora nuestros miembros se tallaban entre sí, y también era riquísimo, sobre todo porque me podía dar cuenta claramente de que su verga era considerablemente más grande que la mía. Era diferente a sentirlo en mi trasero, por supuesto, pero de esta manera mi pene también recibía esos deliciosos roces, con el miembro de Toño, con la zona de su pubis y con la parte alta de sus piernas, pero la diferencia de tamaños me volaba la cabeza y tuve que hacer un esfuerzo para no tomarla con las manos; me moría de ganas. Toño nada más pelaba los ojos bien grandes por la sorpresa y yo nada más me dejaba llevar, también bastante sorprendido, por lo que hacía yo mismo, pero disfrutando muchísimo siendo ese putito que Toño decía y que lo iba seduciendo poco a poco, teniéndolo a cada momento más, comiendo de mi mano. Así, en esta posición, acerqué de nuevo mi boca a la suya y volví a succionar ...
... su labio inferior, pero esta vez le di pequeñas mordidas, y luego capturé su labio superior, y luego comencé a meter mi lengua entre sus labios y sus encías, arriba y abajo, y alternaba la succión con las mordidas y las lamidas. No era un beso, Toño no respondía, sólo se dejaba llevar, aunque definitivamente le estaba gustando. Para esto Toño ya me tenía bien agarrado de las nalgas y me las masajeaba con fruición, pero algo había cambiado, porque ya no era el salvaje de la primera o la segunda vez, ahora lo estaba haciendo con cuidado de no lastimar, con cierta delicadeza. Estuve a punto de dar un paso más, pero por un momento tuve un destello de consciencia y sentí que debía revisar, echar un ojo, porque no tenía idea de qué tanto se veía lo que hacíamos. Ya estaba completamente oscuro y sólo nos llegaba un poco de luz del jardín, otro poco de las ventanas de la planta alta de la casa y un poco más de la calle. En realidad estábamos bastante a oscuras y sería difícil identificar que estábamos fajándonos delicioso. Entonces regresé a lo que estaba haciendo, o sea, comiéndome la boca de mi primo, restregando mi pito contra el suyo y meneando cachondamente mi trasero en sus manos. Y ahora sí, seguro de que no había moros en la costa, hice lo que se me había ocurrido hacía un rato, di ese paso más hacia la lujuria y la seducción de ese machito que era mi primo; bajé mis manos y las puse sobre las de Toño, que estaban sobre mis nalgas. Lo miraba fijamente con el gesto ...