Un hetero de verdad termina en mi cama.
Fecha: 06/08/2017,
Categorías:
Gays
Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
... entrando en mi recto con mis dedos y mientras me su semen. Tipio y espeso estaba salado pero es el mejor semen que me he comido. Todo había acabado, me quite encima de Paola y creí oír como un gas vaginal, y mientras me acostaba vi como mi semen salia de su vagina. Ricardo tenia cara de estar cansado. Nadie hablaba, había pasado demasiado. Sentí un poco de vergüenza con Ricardo. Ya era de noche y Paola dijo “Es una de las mejores culeadas que he echado” a lo que Ricardo dijo “La mia tambien pero tambien la mas homosexual” y ahí rompimos esa tensión extraña y nos reimos. Ricardo empezo a hacer unas bromas leves sobre mi las cuales negue y me hice el serio. Me fui a bañar y luego ellos dos se ducharon solos, cogieron en la ducha pero no me uni a nada, ya había hecho lo mío. Paola se fue porque vivia en una residencia donde luego de las once no abrían a nadie y donde le informaban a su padres si ella no llegaba. Ricardo y yo nos quedamos, limpiamos. No hablamos de lo que hicimos nosotros, relamente nunca lo hicimos y todo siguió normal. Muy normal. Yo estaba feliz y aun hoy me pajeo pensando en esa noche. Esa fue la vez que tuve a un hetero en mi cama. Juro que no es un un hetero curioso, simplemente se dejo manipular (cosa que agradezco) por esta chica que por alguna razón lo traia loco y él haría casi de todo por tenerla. La historía no acaba aquí, luego de eso algunas cosas sí cambiaron y a mi favor. Ya son cosas mas cortas pero tengo la necesidad de contarlas. Y les ...
... aseguro que esto pasó, lo juro por lo más sagrado que tengo. Sé que parece imposible pero me ocurrió y bueno, es tan genial. Soy muy afortunado. Paola y Ricardo siguieron cogiendo pero sin mi. A veces llegaba al apartamento y me encontraba que se la estaba cogiendo en la sala. La cosa se volvió común, verlos coger sin que le simportara mi prescencia y yo los disfrutaba. Disfrutaba ver a Ricardo como un animal salvaje. A veces me masturbaba viendolos a una distancia prudente. Esa era mi vida, ver a Ricardo coger. Pero no era todos los días, no era algo molesto. Nuestra rutina seguía igual como nuestra amistad totalmente afianzada. Otra cosa era que Ricardo ya no le importaba que lo viera desnudo, a veces se paseaba por el apartamento sin nada. Su verga flacida se veía más grusa de lo que era y el glande se asomaba un poco por el prepucio, sus molas bailaban bajo la verga y se movian como bolas de toro. Sus nalgas se le marcaban a cada paso. Yo trataba de no hacer todo algo sexual, lo ignoraba y eso para él estaba bien. Claro, a veces era imposible no mirar pero lo hacía cuando él no me miraba o estaba concentrado estudiando. A veces orinaba con la puerta abierta y me deleitaba de esa verga meando. Desde ese tiempo dormía desnudo y yo miraba en las mañanas cuando su verga destapada estaba erecta y mientras dormía yo la miraba y me masturbaba bajo la sabana. A veces despertaba boca abajo y miraba como el sol del amanecer se reflejaba en sus nalgas que parecian burbujas blancas. Algo ...