Mas de la casa de tres - Relatos Eróticos

Mas de la casa de tres

Estaba yo preparando el desayuno, un sábado temprano, usando solamente un delantal para evitar quemaduras por el aceite del tocino que freía, y aparecieron mis dos amigas, al natural, como siempre.
-Hoy queremos que nos hagas un favor- era Moni comenzando la plática.
-A ver, cuenten qué es lo que se les ha ocurrido hoy...
Hablábamos con Moni, que hoy que están de moda los tatuajes y los piercing, queremos ponernos en la moda- dijo Jenny.
-Aja, y cómo así?- pregunté con curiosidad.
-Mmmm, no se si nos puedes orientar-volvió a tomar la palabra Moni- Jenny quiere ponerse un piercing en el ombligo, y yo hacerme un tatuaje de mariposa en la cadera.
Pues, es cosa de ustedes, y no se en qué puedo participar u opinar- les dije.
Jenny, acercándose con pasos felinos, se repegó a mi espalda, abrazándome, y diciéndome:
-Es que yo opiné del piercing, porque con eso, sólo me levanto la blusa y me bajo un poco el pantalón, por respeto a tí.
-Ajá- era Moni- y yo no sé...soy más atrevida, tendría que quitarme lo de abajo, falda, short o jeans, para que me hagan el tatuaje, y puesi, solo tu nos has visto asi como andamos.
-Ah, mis princesas. Ya fuimos a la playa, y se lucieron en sus trajes de baño...no hay problema...
-Puesi, pero que solo nos vean, no le hace...pero obvio, nos va a tener que tocar el joven que nos hará esas ...

... cosas, y pues...sabemos que solo tu nos tocas con amor, con cariño y deseo....él, solo sería deseo...-aseguró Moni.
-No piensen así, esa persona es profesional, y no creo que las vea con deseo.
-Tan bello nuestro protector- me dijo Jenny, mordiéndome la oreja y agarrandome el aparato.
-Niña. aquí estoy yo, dejame algo tambien, jejeje-dijo Moni, ofreciéndome una de sus grandes chiches para besársela.
-Mmmm, miren nomás cómo me ponen, jejeje- les dije, ya con mi pene al cien por ciento de su tamaño
Jenny seguía acariciándolo, y sobándome sus tetitas en la espalda. Moni, se tocó su cuevita, sacó un dedo humedecido por la excitación, y me lo ofreció.
-Quieres?-me dijo, sonriendo con picardía.
-O sigo aquí en lo mío?- preguntó Jenny
-Mis muñecas me van a dejar sin leche tan temprano- dije riéndome
Moni, agarrándome las bolas, me dijo:
-Aquí, siempre hallamos nuestra ración diaria, verdad cariño?- le preguntó a Jenny.
-Claro que siempre si, y es tan sabrosa, y por eso es que somos sus esclavas del amor- respondió Jenny
-Entonces, desayunamos, cogemos, nos bañamos, cogemos y nos vestimos y nos vamos?- preguntó Moni
-Siiii, que rico, eso me gusta- opinó Jenny.
-Me gusta cómo ordenan las cosas, mis amadas Venus.
Y justo así fue esa mañana.
En la próxima les daré a detalle lo que sucedió con esas ideas de mis inquilinas.