1. Nuestras putitas suecas - 1 La Fiesta


    Fecha: 12/06/2024, Categorías: Dominación / BDSM Tus Relatos Autor: dom.turot@gmail.com, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X

    ... pero lo sorprendente es que entre más despertaba más cooperaba. Para sus visitantes se convirtió en un juguete perverso, primero su estado y después su actitud los motivó a hacerle cosas cada vez más extremas. Los juegos con su cuerpo se volvieron más agresivos y más humillantes, empezaron a ver cuantos dedos le podían meter, primero en la vagina pero no tardaron en empezar con el culo. Hubo una foto con 5 dedos metidos en su ano, pero uno de cada quien y todos sonriendo a la cámara, menos ella que tenía cara de dolor pero se dejaba sin protesta. Le metieron diferentes objetos que se encontraron por la casa y les gustaba dárselos a chupar después de haberlos metido por el culo. Mientras unos la jalaban para un lado y otro, y la agarraban por las tetas que apretaban y zarandeaba, o la jalaban desde sus agujeros como bola de boliche y otros se estuvieron masturbando y le terminaban encima. Sus rizos ya eran una colección de mecos y le dieron otros tantos a comer. 
    
    Dos curiosas que escucharon lo que estaba pasando y que le traían mala onda porque más temprano les anduvo frotando las tetas y las nalgas a los a los amigos con los que querían ligar aparecieron en escena. Comenzaron con burlas y luego insultos. Recuperaron el plumón y se pusieron a escribirle PUTA por todas partes, remarcando mucho uno en la frente. Luego se dieron vuelo con las bofetadas, primero a turnos y luego las dos a la vez sin darle descanso mientras le gritaban: guarra de mierda; zorra asquerosa; eres ...
    ... una basura; maldita puta sucia y patética; eres un jodido juguete desechable. Ella no pudo más y rompió en llanto, tantas cachetadas una tras otra más los gritos a los que no les faltaba razón, la abrumaron, y lloró profunda y desconsoladamente. El llanto fue catártico, liberó toda la emoción atorada desde hacía tiempo. Ellas le lanzaron varios salivazos a la cara, un par en la boca que le hicieron abrir y sacaron unas fotos llorando con la cara roja como una brasa y hecha una desgracia, luego se fueron.
    
    Los demás se cortaron un poco con el llanto, pero cuando salieron las otras dos, la zorra no hizo más que, hincada como estaba, secarse las lágrimas, bajar la cabeza un poco, pero subir la mirada, como un cachorrito. No se fue, ni se cubrió, ni articuló palabra, y quedó claro que el sobresalto había pasado y no tenía intención de terminar con la situación, si acaso, había terminado de asumirla y de hacerse una con lo que pasaba.
    
    Unos se fueron, pero llegaron otros.  Afuera solo se decía que había una zorra sin límites que se dejaba hacer de todo, y no faltaba quien quisiera aprovechar tan singular situación. Algunos que llegaron con tragos la hicieron tomarse tres cervezas al hilo y de nuevo agarró vuelo la borrachera que ya se había pasado. La vista de la cerveza que le tiraban encima y le hacían tomar llevó a otras ideas, y la metieron en la tina. Se pasó el resto de la fiesta siendo un mingitorio más del baño, trago litros de meados. Cuando ella misma tuvo ganas y ...
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