Mordi la manzana y cai en el deseo - Relatos Eróticos

Mordi la manzana y cai en el deseo

... desayunar algo lo que él me dice que tenía tiempo y si era para disfrutar un desayuno conmigo no había problemas aceptabas y yo lo he invitado fui a la cocina a preparar el desayuno y Desde allí lo miraba como él se secaba le llevé una ensalada de frutas y un jugo nos sentamos frente a frente compartimos el desayuno mirándonos fijamente cuando usted me paro para juntar las cosas él se para conmigo me toma de la cintura se pega a mí y comienza a besarme apasionadamente su lengua se metía dentro de mi boca sus manos callosas y fuertes recorrían mi cuerpo haciéndome gemir excitándome el roce de sus manos en mi piel me alzó y me llevó hasta la dentro de la piscina sentándome en el borde abriendo mis piernas dejándolo ver lo caliente y mojada que tenía mi vagina que rápidamente sus manos y su lengua comenzaron a recorrerme por mis muslos depositando sus labios tibios húmedos sobre mi vagina mi clítoris que rápidamente saboreaba y jugaba sus dedos comenzaron a meterse por mi entrada tomándole la cabeza y gimiendo el fuego recorría mi ser haciéndome llegar a un orgasmo con su lengua y sus dedos para luego ...

... terminar de sacarme la ropa entregada a él ya allí en ese lugar comienza a hacerme el amor llevándome a un placer sentía sus manos sobre mi piel erizándome sus labios sobre mis pechos su miembro entrando y saliendo de mí con una erección tan potente llenando mi interior me hacía el amor como  hacía algún tiempo ya no lo sentía entregada completamente a él gimiéndole a su oído mis uñas se clavaban en su espalda mientras su pene se clavaba dentro mío llenándome haciéndome sentir una excitación inmensa sus labios no paraban de recorrer mi cuerpo sus manos acariciaban mi piel mis manos recorrían su masculinidad hasta poder sentir el dulce placer de recibir profundamente su eyaculación dentro mío abrazándolo fuertemente y hundiéndonos en un beso profundo pegados su cuerpo contra el mío su virilidad inundaba mi interior dejándome aún más ansiosa y deseosa de volver a sentirlo  no hizo falta palabras para que ambos supiéramos que ambos nos rebajaríamos hacerlo sin importar nada luego de esa magnífica experiencia mi deseo fue aún mayor cada vez que me imaginaba lo que había sucedido el fuego recorrí a mi cuerpo