Sorpresas te da la vida
Fecha: 23/11/2018,
Categorías:
Erotismo y Amor
Autor: Barquidas, Fuente: CuentoRelatos
... buscaban, besándonos como los hombres y las mujeres se besan, dándonos la lengua en la caricia, poniendo en ello, además, no ya toda nuestra pasión de hombre y mujer ya talludicos, además, sino nuestra propia alma, nuestros más íntimos sentimientos de hombre y mujer…
Fue ella quien cortó aquél momento mágico, devolviéndonos a los sosa al mundo real, con sus palabras.
¡Por favor, Antonio; paremos… Esto…esto no puede ser…no puede seguir más allá
Paramos en nuestros transportes afectuosos, pero proseguimos como estábamos, tumbados, boca arriba, en la yerba… Durante unos segundos quedamos quietos… Incluso, podría decirse, que un poco asustados de las recientes “libertades” tomadas por ambos, hasta que yo rompí aquél como “impasse”, buscando su mano; ella, al sentir mi mano sobre la suya, ladeó hacia mí su cabeza y me dedicó una sonrisa que era toda una expresión de cariño… Y no sólo mantuvo su mano entre las mías, sino que, toda cariñosa, me la apretó. Y seguimos así los dos, tumbados sobre la hierba, boca arriba ambos, con la vista fija en la azul bóveda celeste en ese ya casi declinar de la tarde. Ni nos hablábamos ni, tampoco, nos mirábamos; era sólo eso, mantener unidas nuestras manos… Y no sabría explicar bien qué es lo que entre nosotros pasó; fue como si un Ángel del Señor hubiera pasado entre los dos, envolviéndonos en un aura de sosiego, calma, serenidad, preñada toda ella de dulce placidez.
Y en ese preciso momento, ¡vaya por Dios!, fui a acordarme de ...
... aquella más anécdota que otra cosa que ocurriera decenas y decenas de años atrás, cuando la boda de mi prima Matilde, y de lo que yo ya hacía tiempo que ni recordaba; fue como un milagro que entonces, precisamente entonces, me volvieran esos recuerdos, totalmente lúcidos, además, a mi memoria…Vamos; como si acababan de pasar. La verdad es que me hizo gracia eso de recordar, entonces precisamente la, digámoslo así, primera vez que me enamoré de una chica…Y me reí de ello, de esa especie de casualidad… Como es lógico, mi risa picó su curiosidad
¿De qué te ríes?... ¿No será de mí, por “estrecha”?... ¡Que te araño, ¿sabes?...te dejo las diez uñas de mis manos marcadas en tu carita bonita!... ¡Vaya si te la dejo marcadas”… ¡Pos estas que te las dejo!
Y yo volví a reír, con más saña si cabe, que a punto estuvo Marina de echárseme encima en plan gata furiosa, con las uñas por delante, de modo que no tuve otra que plegar velas a mi reír, explicándole el misterio de mi reír
Verás Marina; es la cosa más chocante que puedas imaginar; y es que sucede que la primera vez que yo me enamoré de una chica; vamos que puse ojitos tiernos a una niña, que niña era aún, como yo mismo, siete u ocho años… Bueno, pues esa chica, es niña, era de aquí de Villanueva del Arzobispo… Y, la verdad y para las tempraneras de años que eran, me caló bien fuerte…Aunque, mea culpa, mea máxima culpa, pues el recuerdo de ese mi amor primero, me duró lo que las coplas de la zarabanda…Vamos, nada…
Ya veo, ya ...