1. La lección de Piano


    Fecha: 23/11/2018, Categorías: Lesbianas Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... arrancó un gemido de mis labios pero ella al instante me dijo- "Tranquila nena, que a esta cola la pienso disfrutar".-Sin perder más tiempo apoyo su dedo mayor sobre mi culo y lo froto con ansias haciendo que el mismo se embadurnara con el gel. Yo continuaba masturbándome al tiempo que le implora-"Despacito Eli... despacito por favor". - Pero ella me hizo guardar silencio.-"Ahora putita, no hay "por favor" que valga. Vos dejame hacer a mí. Ya vas a ver como este culito se lo traga a pleno".- Y sin más preámbulos apoyo la punta del dedo y empezó a ejercer presión metiéndolo hasta el primer nudillo. Juro que me sentí desfallecer. Mi ano virgen se dilato como si toda su vida hubiese estado esperando ese dedo.-"Ves que fácil. Ahora te lo vas a guardar entero".-Instintivamente pare el orto lo más alto que pude y comencé a masturbarme frenéticamente mientras sentía el largo dedo de Elisabeth deslizarse por completo hacia mi interior. Perder la virginidad anal con ella fue algo maravilloso que jamás olvidaré. Al llegar al final yo ya estaba tocando el cielo cuando le sentí decir-"Ahora este dedo te va empezar coger por atrás"- e inmediatamente comenzó a meterlo y a sacarlo en un ritmo perfectamente acoplado a la masturbación que llevaba yo con mi mano. De más está decir que empecé la corrida final acelerando el ritmo de mi masturbación, lo que hizo que Elisabeth comenzara también a mover su dedo a mayor velocidad.-"Si por favor. Así, no pares".- Le decía yo totalmente abandonada al ...
    ... placer, mientras sentía una bola de fuego crecer en mi interior que anunciaba el mayor y mejor orgasmo que haya tenido en la vida.- "Que hermosa puta que sos Maijo. Que hermosa puta. Siempre supe que ibas a terminar así".- Ella continuaba cada vez más rápido con su festín cuando de golpe no aguante más y acabé con todo mi ser en un orgasmo lleno de espasmos y gemidos que parecía no tener fin. Sostuve mi posición aprovechando el placer que sentía hasta el último instante, momento que Elisabeth aprovechó para retirar su dedo de mi interior suavemente. Completamente agotada y feliz dejé caer mi humanidad sobre la cama nuevamente empapada de sudor y fluidos.Elisabeth se levantó y preparó una vez más el baño. Espantada por la hora volvió a la habitación y me dijo que fuera al baño a higienizarme rápido. Era inútil... yo todavía veía mariposas. Juntó mi ropa y volvió hacia dónde yo estaba. Acarició tiernamente mi mejilla y me ayudó a incorporarme en la cama, para darme los últimos besos suaves en los labios. Ya en el baño me ayudó a vestirme y me peinó. Volvió a decirme que lo que había ocurrido era un secreto que debía guardar bien, y que ni siquiera mi madre debía saberlo. Esa misma noche Elisabeth le habló y le dijo que debía empezar a practicar tres horas por clase, y que no nos cobraría más por eso, dado que yo era su mejor alumna pero que el verano me había puesto un tanto floja. Pese a que mis padres se enojaron un poco con eso, nos vino bien porque era nuestra oportunidad ...