El albañil drogadicto - Relatos Eróticos

El albañil drogadicto

... espejo casi se me veía todo, y verme así me exitaba más y más, no me puse brasier y para complementarr me puse un hilito negro, estaba más que lista para irme, alisté un vestuario más decente y lo guarde en mi bolso, ahora el problema era como podría salir sin que mi suegra se de cuenta ta de como iba vestida, tenía que esperar y a la primera oportunidad me iría, ya había pasado media hora y mi suegra seguía con la puerta abierta de su habitación, cuando me asomo a ver que hacía, estaba de espaldas buscando el zapato de mi hijo, salí muy rápido y le dije, ya me voy, y me salí, me subí al auto y en el trayecto me sentía nerviosisima, me iba imaginando todo lo que podía pasar y de todo lo que me haría, cuando llegué, el olor a marihuana era fuerte  pero eso no me importó, cuando lo veo, el estaba sentado fumando, tenía los ojos rojos, pero su mirada me desnudaba, y le dije,  que haces??
Y el me dice, aquí fumandome una hiervita antes de irme, quieres ?? Me dijo el; a ver, para probar, le dije yo, perdí la  cabeza por completo, no sabía lo que hacía, y mientras el seguía sentado encima del cartón donde se follo a esa chica, el Kiribati entre mis piernas, le di hasta el último toque, y me alejé, y le dije, es cómodo ese cartón, y con jna sonrisa irónica me dice, si mucho, así, y que tanto?? Porque la otra vez te vi bien cómodo follandote a una jovencita, dio una sonrisa, y así fue que yo di la iniciativa a todo, me quite el vestido y me quede con aquel diminuto hilito negro ...

... que apenas me tapaba, me acerque donde el, y le dije, follame igual que a ella; se puso entre mis piernas, me hizo a una lado el hilito, y empezó a lamerme mi vagina oohhh que rico, hace muchísimo tiempo que nadie lo hacia, decía entre mi, y lo hacía de una manera riquisma abrí más mis piernas y podía sentir como su lengua se iba adentrando dentro de mi, podía sentir como bajaban mis fluidos, la.manera de lamerme el clitoris oohh mi madre, que delicia, se comía cada parte de mi vagina de marea increíble, ahora me pone de espaldas, y me dice, ahora quiero comerme ese culote perra, me agacho hace a un lado el hilo, y empieza a mamarme mi culo, quería meterse dentro mis nalgas lamia y lamia mi culo,me quería abrir más mis nalgas podía sentir como su le gua recorría desde m vagina hasta mi culo, pasaba y pasaba su lengua de arriba a abajo, me daba de nalgadas y esa sensación de dolor y placer, mi marido me hacía de todo, pero nunca me había nalgueado como lo hacía Elias, luego de comerme el culo me pone en pie, y empieza a chupsrme mis senos cin muchas desesperación, me mordía los pezones y eso me encantaba como ni se imaginan me succionaba los senos dejándome grandes chupetes pero en ese momento no me importaba nada, esa manera ruda de tratarme me encantaba, me decía que era un puta una perra, me estaba haciendo sentir más mujer que mi marido, me daba  a hetas a mis senos me besaba metiéndome suplencia en mi boca, así  así perro le decía yo, esta manera nueva de que me estaban ...