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Indira
Fecha: 05/08/2024, Categorías: Erotismo y Amor Tus Relatos Autor: na, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
Indira era una amiga de mi papá. Era una chica que había crecido en un parque nacional y ahora vivía en las afueras de la ciudad. Tendría unos 32, era sensible, bonita, de ojos tranquilos y grandes tetas. Para ese momento yo tenía 18 y había conseguido mi primer trabajo en una panadería. Al terminar mi labor, una tarde, fui a su casa en bici. Era de las primeras veces que nos veíamos solos porque antes transcurrían reuniones con mi progenitor y otras amigas. No recuerdo la excusa que usamos para encontrarnos pero tomamos mates, le llevé facturitas y nos sentamos con una mantita en el pasto. Aún era una zona de monte por lo que los silencios transmitían una intimidad especial y sin tener claro como estabamos mirando las estrellas. Hablamos un montón así acostados. Nos reímos, nos contamos cosas lindas y cuando empezó a oscurecer trajo una frazada para taparnos. Yo estaba encantado, era solo placer estar en ese momento y empecé a sentir ganas de tocarla. Con mucha timidez (pues habían sido pocas mis experiencias y nunca antes ...
... con una MUJER con todas las letras). Acerqué mi mano a la suya y la acaricié con pavor. Ella no la sacó y tampoco dedicó una mirada, creo que se sorprendió un poco. Jugueteando con nuestros dedos suavemente nos quedamos hablando, luego acaricié su brazo. No era cómodo porque estabamos muy cerca y yo estaba excitadísimo y nervioso pero fue esa misma electricidad que nos llevó a mirarnos a los ojos. Acaricié un mechón de pelo sobre su rostro y así nos miramos una vida entera. Me gustaría decir que nos besamos y nuestro sexo explotó ahí, en pleno monte. Que exploramos nuestros cuerpos y mi juventud galopó su vida. Que me mostró cosas tan esenciales. Que me derretí en su boca y que bramó de placer al encontrarse con la dureza de mi cuerpo. Pero lo cierto es que nos levantamos, riéndonos pacíficos y nos despedimos con lo que fue un abrazo sincero. Me detuvo la circunstancia, pensé que ella no querría a un adolescente. Pero quedando solo lo que sentí en el recuerdo creo que fue algo bonito, aún así sin habernos asesinado con el sexo.
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