NIETITA ENSEÑA A LA ABUELITA
Fecha: 05/08/2024,
Categorías:
Hetero
Tus Relatos
Autor: CARAMELO, Fuente: Relatos-Eroticos-Club-X
Maggy se acercó presurosa hacia mí.
-¿Lo hacemos ya? – No sé porque en ese momento se me ocurrió que quería estar absolutamente solo con la nena. ¡Seguramente, mi inclinación lujuriosa y pervertida me llevaba hacia estar a solas con ese bombón! ¡Le quiero hacer de todo!
-Si no tienen problemas, llevo a Maggy a mi casa… ¿Qué les parece?
-No tenemos problema, pero tendrías que decir a Amayina… - Diana puso el pero.
-¿Quién es Amayina?
-La abuelita. La llaman así…
-Bueno, ya mismo la llamo. Llamá a la abuelita Maggy. Le preguntaré.
Maggy llamó a la abuela y le dijo que le hablaría yo. Le dije cuál era mi propósito y estuvo de acuerdo. Al atardecer la llevaré a su casa.
-Nos dejan solas. ¡Qué la disfrutes Maggy!
-Gracias Amada, te quiero mucho…
-Yo también…
Salimos y fuimos hacia el auto. Quería estar absolutamente a solas con la nena. La verdad que me había calentado. ¡Esta buenísima! ¡Esas carnecitas de mujer! Supongo que entre esos magníficos muslos tendrá una hermosísima concha.
En el auto, sentada a mi lado, le acaricié varias veces los preciosos jamones. Ella, muy complacida, abrió las piernitas. Fui con mi mano derecha a la conchita, sobre la tela de la bombacha. ¡Está húmeda! ¡Está tan caliente como yo!
Entramos al estacionamiento. Antes de subir le avisé a Ofelia de que iba con “visitas” y que quería estar solo. Es parte de nuestro normal arreglo. Ocurre con cierta frecuencia. Ofelia salió sin ningún problema. Va a la casa de una amiguita, con la cual ...
... tortillea todo lo posible.
Tomé a la nena de los glúteos y la alcé. Me abrazó por el cuello. Llegamos al departamento. Tal como la tenía la llevé a la habitación.
-Está bien señor Dani. Lo hacemos ya mismo.
-¿Ahora? ¿Sin prólogo?
-¿Qué es eso? ¡Tengo muchas ganas!
-Bueno, está bien. Preciosa, hagamos algunos jueguitos antes. ¿Querés?
-Lo que usted diga, Dani.
Yo estoy sentado en el borde de la cama. Vestido, por supuesto. La senté a mi lado.
-¿Te puedo sacar la blusita mi amor?
-Sí señor, todo lo que usted quiera.
Le retiré la blusita. Los pezones son tal como los imaginé, rosados, paraditos y duros. Les di algunos chuponcitos, los lamí y los besé. La nena cerró los ojos y entreabrió la boca. Los chupé durante varios minutos, un poquito a cada uno. Me gustan muchísimos…
-¿Te gusta cómo te los chupos, mi amorcito?
-Mucho, señor Dani, me gusta mucho.
-¿Nunca te lo hicieron?
-¿Qué cosa?
-Eso, besarte los pezones…
-No, nunca. Es la primera vez.
-¿No estuviste nunca con chicos?
-Y… si, algunos. Pero solamente algunas caricias, en la cola, pero… nada más…
-Bueno, te va a gustar todo. ¿Te puedo sacar la pollerita?
-Sí, claro. Lo que quiera. - Se la retiré desabrochando. Quedó solamente en bombachita, con unos muslos tal como lo imaginaba, divinos.
La levanté y la puse parada sobre la cama. Me acomodé para estar frente a la nena. Le retiré las zapatillas, y le bajé la bombachita. Ella levantó los pies para que saliera cómoda. ¡Dios, que maravillosa conchita! ...