1. Secretos sucios de una mucama


    Fecha: 26/11/2018, Categorías: Incesto Autor: ámbar coneja, Fuente: CuentoRelatos

    ... Viviana me pidió que a las 11 de la mañana lleve 2 cafés y 4 medias lunas a su estudio, en el que daba clases de francés, inglés y portugués. Entré con la bandeja, y vi a la señora hincada sobre las piernas de un adolescente cuyo pene parado era obscenamente manoseado por ella.
    
    ¡mirá chiquito, esto es un incentivo… vos relajate y disfrutá que tu profe sabe cómo quedarse con la lechita de los nenes como vos!, dijo la mujer haciéndome la señal de que me quede a mirar.
    
    Vivi le lamió los huevos con besos ruidosos, se reía cuando veía su lápiz labial en la pija del pibe cuando amagaba con mamarla. La olía, tomaba café, le daba un chupón en el cuello, jugaba con su oreja mientras lo pajeaba y, de repente se la metió toda en la boca para petearlo con histeria. El nene masticaba una factura, intentaba tocarle sin suerte las tetas y gemía nervioso.
    
    De pronto ella afirmó:
    
    ¡vos estás loco por mirarme las tetas no?!, mientras se abría la blusa y desprendía su corpiño con una habilidad asombrosa. Le puso las lolas en la cara y no tardó en bajar para acomodar su miembro entre ellas, y así subir y bajar unas cuantas veces, hasta que el chiquilín casi se cae hacia atrás cuando un huracán de leche le maquilló el rostro a la mujer, que enseguida se adueñó de los últimos chorros que largaba esa pija.
    
    Cuando Vivi me dio la orden para ir a cocinar salí inmediatamente, más que nada para cambiarme el calzón por la cantidad de jugos que se gestaron en mi entrepierna.
    
    Ese día por ...
    ... la tarde Malena pidió que a las 19 suba a su cuarto con 2 frizzes, una tarta de manzana y, un kilo de helado de limón. Cuando entré la muy atrevida estaba en 4 patas sobre la cama, luciendo una bombacha roja con 2 pompones en la cola y brillitos en los pezones. Ante ella había 3 pibes de no más de 18 años, de pie y con sus pijas al aire, vestidos arriba, pero con las piernas temblorosas, porque la perrita los mamaba, los pajeaba y los colmaba de chupones groseros.
    
    ¡Gracias Marta, la verdad sos mi ídola!, me dijo saboreando una de esas vergas empaladas, y yo, casi sin habla, no pude soportar no amasarme las tetas con un tímido gemido en los labios al oír a la nena atragantarse y a los chicos pedirle más y más pete. Pero Male me vio, y como adivinando mi lujuria contenida dijo:
    
    ¡Martu, si querés tocate, no tengas miedo!
    
    Mi sangre estalló mientras ella se comía 2 pitos a la vez, y entonces comencé a frotar el culo contra un mueble al tiempo que rozaba mi vagina sobre el pantalón.
    
    ¡dale Male, chupame los huevos!
    
    ¡y a mí sacame la lechona pendejita sucia!
    
    ¡pajeame más zorrita, cómo te gusta la pija puta de mierda!, decían los chicos mientras Male seguía peteando, gimiendo y escupiendo. Acabé cuando dos pibes al unísono le dieron la lechita en la boca, sin mucho esfuerzo, porque lo que veía era más fuerte que mis frotadas.
    
    A los dos días volvió a repetirse aquella epopeya, solo que esta vez eran 5 varones, y yo no me quedé a mirar porque tenía que encerar pisos. ...
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